“La modernización del Estado exige la desvinculación, entre otros, de un determinado número de tramoyas, iluminadores, apuntadores, maquilladores, vestuaristas, aseadores, boleteros, todos actores de esta macabra “obra prima”. Y se alude: porque es fundamental planificar la eficiencia del Estado, reducir costos; y por supuesto, aumentar la producción y mejorar la calidad del servicio…”, eso dicen los unos de hoy: Porque ésta, es la nueva forma de gobernar, el pero, porque hay que hacer cimientos, poner anclas, iluminar el escenario, pavimentar la huella, afilar las garras…, porque hay repetirse el periodo, a lo menos una vez más, porque hay lograr los “objetivos…”
En esa premisa, la politiquería chilena ha hecho círculos desde hace ya doscientos años. Al hojear la cruda realidad de la historia verdadera, lo menos que puede sentir un ciudadano decente, es una inmensa vergüenza, mezclada con impotencia, frustración e indefensión frente a tanto abuso y engaño; engaños técnicos, engaños a viva voz, engaños legales inscritos en papel sellado…, engaños de acuerdo a la Ley, engaños, hasta en el nombre de Dios.
(Si quiere detalles, hojee la historia verdadera; para empezar, lea las obras de María Olivia Monckeberg, y desde ahí retroceda en el tiempo, se encontrará con vergonzosas verdades que involucran a los actuales actores que pregonan virginidad. Claro que muchos son los ciudadanos que no pueden leer esos libros por su valor con IVA incluido… Resultado, esos muchos ciudadanos quedan marginados de conocer las verdades y llegado el momento electoral, venden su conciencia por un pollo, una olla, un copete…, y así, el circulo se vuelve a cerrar, dejando en la huella la misma histórica fetidez.)
Si todo esto fuera solamente lengua y babas, a muy pocos les importaría, ya que los que históricamente han vivido, viven y seguirán viviendo a costillas del asunto politiquero son un grupo selecto de audaces iluminados, a los que se le suman los oportunistas electoreros y los mendrugueros; pero, entre cambio y cambio quienes han intentado mostrar la verdadera realidad han pagado con sus vidas la osadía; en el mejor de los casos con su muerte civil.
Hoy, estamos escuchando que los “romanos”, han desclasificando documentos en los que ellos reconocen haber “cuchareado la sopa en el mismo plato” con los serviles yanaconas criollos…, y lo dicen como si nada, nos muestran los documentos como sacándonos la lengua, como si lo que hicieron fue algo natural, porque había que proteger la democracia, esa democracia que usan para proteger sus intereses asegurando el bajo precio de nuestras materias primas y su influencia geopolítica. ¿Por qué si esos yanaconas cometieron delito de traición a la patria jamás se ha escuchado juicio en contra de ellos…? ¿No afectaron ellos al buen rodaje y eficiencia del Estado chileno? ¿No produjeron ellos perdidas económicas al erario, y daño moral a la nación?
La Democracia (el mejor de los males). Causa justa perseguida por todo pueblo inteligente, es la aspiración a convivir y progresar democráticamente en libertad “y con dignidad”. Pero, hacer uso de la democracia para someter un pueblo y convertirlo en esclavo de la transnacionalización intentando hacer creer que el llanto que se siente es un rugido…, es una mariconada, porque esta transnacionalización no ha redundado beneficios reales para la gran mayoría, sino nada más ha sido un acto de hipnosis colectiva con florida verborrea farsante, muchos botones y plásticos de colores que han desconcientizado este pueblo hasta desciudanizar su voluntad…, hasta el borde mismo de la indiferencia total…, he ahí el negocio del sistema transnacionalizante, (globalización) que nadie vea y que a muchos no les importe nada más, nada más que el yo. (Ensuciarse hace bien, compre ese tapsim, aunque no le duela nada, haz todo haz nada…, de hecho, ya no hacemos nada.)
Si se analiza y considera al Estado (los ciudadanos) con el total de sus miembros como el administrador de un vivir social acorde a la condición humana rigiéndose por reglas políticas honestas se tendría que lograr llegar a una lógica convivencia basada en el bien común, (para todos), y lo visto hasta ahora son sólo luces, peces de colores, botones, pantallas y trampas, abusos y mentiras. A este paso, nuestro Estado en un día ya a la vista, dejará de existir como tal…, sin haber sido capaz de ser realmente independiente, ni siquiera, para administrar sus bienes.
Es el momento de mencionar a Sábato: “La historia no progresa. El hombre no progresa, porque su alma es la misma”, no ha, ni cambiará, digamos, inhumana y cruel, dominada por las tripas; si no fuera así, las lágrimas serían de alegría. La ciencia, la tecnología, la cultura en esencia, toda esa luz que iluminaba el sendero hacia el progreso nos encegueció y nos ha guiado históricamente por el borde del precipicio rumbo a la ignorancia, técnico-dependiente, al despotismo, a la soberbia sistematizada casi sin freno. Ya a las puertas de ese estado, un pueblo puede ser fácilmente dominado, porque ha perdido su conciencia de ser.
De ahí que se acepta sin retruque esa repetitiva teoría…, que para garantizar la eficiencia del Estado hay que gibarizarlo, hay que deshacerse de los bienes, bienes que han sido adquiridos con el aporte de los impuestos…, y muchos bienes fueron pagados con sangre: ¿Por qué pasado un tiempo se vuelve a plantear (como ya se escucha) la necesidad de recuperar esos bienes, como es el caso de las sanitarias? ¿Quienes son los que ganan con el trasvasije de esos capitales? Y cuando los testa di ferro (léase yanaconas) venden, no piden la opinión a sus verdaderos dueños… ¿Cuántos años pagamos sobreprecio en la boleta del cobro de consumo de agua para hacer realidad el sistema de mejoramiento de aguas servidas, o como se llame. A la fecha esa empresa de Obras Sanitarias de Magallanes ha cambiado de manos, no sabemos cuantas veces, y a los que aportamos el capital para esos adelantos no se nos ha tomado en cuenta; (por el contrario, subió el costo del valor del servicio). En el caso del gas, estamos en presencia de otra situación muy sibilina. (Razones de Estado).
Como estos, muchos son los por qué, los porque y los peros. Pero el gran pero es: si no tememos la voluntad, el valor y la inteligencia para defendernos, todos estos discursos no pasan de ser paja molida. La píldora del día después, no les sirve a los pueblos violados. Y cuando ya están preñados, los abortos, son sin anestesia…
En el caso de los despidos ha quedado a la vista que el regionalismo la lealtad, la unidad sindical y solidaridad, son valores en extinción…, pero, ¿por qué?; porque, no hemos sabido cultivar la cultura cívica. Un pueblo inteligente tiene gobernantes inteligentes. Un pueblo, tiene los gobernantes que se merece.
TODO POR LA AUTONOMÍA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE MAGALLANES
Antonio S. Deza González, Director