LA MALA EDUCACIÓN
El futuro de la mala educación de que tanto se habla, se mira y se palpa, no es más que los brotes de malas semillas; de la mala calidad de la cuna; de los malos ejemplos; de la mala clase; de la mala raza; de esa folclorización de lo vulgar; de ese resentimiento que lleva a la perdida del interés por los valores elementales que orientan el rumbo de una sociedad; del desinterés por sentimientos de patria; de la manipulación política; de los egoístas intereses económicos; intereses creados; de esa nefasta política en el abuso en la manipulación publicitaria; de la sobre valorización de la cuestión económica; de la mala formación docente; el abuso que cometen los sostenedores al rebajar el rango que merecen los maestros “obligándoles” (la necesidad obliga tantas veces sea necesario, a olvidar la dignidad) a trabajar por salarios miserables con contratos discriminatorios; del desinterés y a la vez la mala educación de los padres; de la promiscuidad familiar; de la comercialización de la fe y la desorientadora proliferación de sectas; de ese libertinaje vestido de democracia que permite en tránsito a la destrucción del básico concepto moral que debe tener de un pueblo bien formado; esa pérdida de la disciplina que termina generando no sólo la cobardía; de ese notable incumplimiento del deber y esa falta de compromiso de algunos elegidos, de algunos destinados, de algunos “cuoteados”, en fin de todos ellos, los que muchas veces se dicen nacidos con vocación de servicio público que tan onerosos les resulta al Estado. Estos son parte de los frutos de la mala educación.
(“Circula la sensación de que algo distinto habría que hacer, aunque nadie haya sido capaz de explicar bien de qué se trata: La formación que reciben los docentes es teórica, incompleta y lejana a las realidades que deberán enfrentar en el aula. Nadie puede enseñar si no sabe lo que enseña. “Mariana Aylwin ex ministra de educación”).
Siempre que se dice o se escucha algo sobre el problema educacional a uno se le suelta todo el aire de los pulmones dejando escapar los malos humores de la frustración y la amargura de esa impotencia que termina amoldándote a esa resignación que ya tiene sus profundas raíces en el subdesarrollo.
Lo que más desconcierta en este asunto es el fácil y hasta liviano discurso que entreteje ese velo con que cubren los problemas intentando botar el filo de las aristas para que los heridos sean los menos y si es posible salgan ilesos o con lesiones leves, y así, continuar por la misma senda con las añejas costumbres, dejando que el tiempo pase sin mirar a los lados, resguardando eso sí, con todo el celo posible las personales metas partidarias.
Si la educación, en el decir de los eruditos tiene relación directa con la calidad y resistencia del cimiento sobre el que se construye el futuro de una sociedad, ¿por qué no se le ha dado esa importancia? ¿a quienes les ha convenido históricamente que el pueblo sea ignorante e irresponsable?
Cuando un perro causa daño a su vecino, el dueño del perro paga por los daños. Pero cuando un “niño mal criado y mal educado” causa daños a terceros, de los progenitores jamás se sabe; ahí entra a fallar el juego del discernimiento que evalúa al “querubín”, que comienzan a respetarle esos derechos que le permiten seguir delinquiendo sin castigo y asistiendo a la escuela donde es visto por sus compañeros como un héroe; y por sus maestros, naturalmente, con miedo.
El padre dice: “A este chico no hay quién le gane”. El vecino dice: “Este cabro es peligroso”. El profesor dice:”Qué puedo hacer yo, el niño ya viene mal criado y si uno actúa recibe la amenaza de él, del padre, de la madre, de hermanos mayores, o del resto de la pandilla. Los afectados dicen: “ese muchacho me atacó como una bestia”; el policía dice: “nada sacamos con detenerle las actuales disposiciones les protegen, y al final si uno actúa con firmeza es posible que uno termine sancionado o por la jefatura o por las disposiciones”. Un político dice: Con un nuevo proyecto de ley solucionaremos el problema, lo presentaremos en el próximo periódo”.
Pero… el final es casi el de siempre: el chico, actuó sin discernimiento, pobre niño. Y el ciudadano común, compra perros, compra alarmas, instala rejas…etc., etc.
Algunos ciudadanos que opinan: “hay que legislar sobre la responsabilidad de los padres frente a los actos de sus hijos: “el niño rompe, el padre paga”, “si el niño delinque, el niño cumple condena y lo alimenta el padre en su casa, así tendrán tiempo para conocerse, y si sale a la calle el padre paga la multa, (o bien la pulsera electrónica)”, “si el niño raya un muro el padre paga”. Si los muchachotes son adultos “deben pagar además con trabajo”. “Estas medidas, eso si, respetándoseles todos los derechos humanos que sus familias no les han enseñado a respetar.”
También es opinión ciudadana, “que la matrícula escolar debe estar sujeta a contrato notarial conforme a reglamento nacional de responsabilidad paterna. Y que estas medidas deben complementarse con escuelas reformatorios con régimen militar para recibir la instrucción cívica y así aprender a ser ciudadano”.
“La conducta de la juventud no es más que la resultante del ejemplo que históricamente ha recibido de nosotros los adultos nacionales y de la importación de malas costumbres que a cada instante promueve el nefasto sistema comunicacional”. “Y nunca se ha escuchado sobre una campaña del jabón junto con el medio litro de leche…” “Cuánto se ha escuchado o visto a alguien que ante la presencia de un niño reprima su vulgaridad”. “Es cuestión de poner la radio o la “tele” en la mañana, nunca hacen una reflexión cultural, ni un espacio se música nacional… todo es afro, bananero y vulgaridad, toda esa ordinariez, “al final eso es lo que vende, dicen”. Con ese mensaje empieza el día den chileno común, sin un poquito de patria en el alma”.
Es la opinión de ciudadanos que me han dicho: “¡por qué no dice esto!”. Dicho está.
Jamás se ha reconocido públicamente que la adquisición del programa educacional que tiene la sigla LOCE adquirido a España, según la opinión de una importante mayoría de maestros ha sido nefasto, el problema es vox populi, los maestros dominan el tema y lo comentan con desazón como uno de los causantes del drama educacional.
En este conflicto se habla sólo del rendimiento del maestro. Pero jamás se escuchan opiniones sobre de las malas gestiones administrativas del tema educacional.
Para mejorar la educación hay que generar conciencia de región sin chauvinismo; hay que fomentar la solidaridad sin considerarla una limosna, hay que sembrar el sentimiento de patria con honestidad, hay que cumplir la obligación de pagar del impuesto a la conciencia.
Para hacer grande la región, primero debemos tener la fuerza para forjarle un corazón.
TODO POR LA AUTONOMÍA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE MAGALLANES.
Antonio S. Deza González, Director