La delincuencia, es sólo uno de los dolorosos temas… Éste asunto ha sido de recurrencia de todos los candidatos políticos, para distraer la atención y adaptar la presión (igual que algunos, manejan el tema ese, de bajarse la dieta), una vez elegido, la delincuencia, la dieta, la tercera edad etc., siempre dejan de ser tema político electorero. Cada tema vuelve a su área. La delincuencia pasa a ser tema policial y para eso compran más vehículos, invierten sumas siderales en instalación de cámaras, botones de pánico, drones, laboratorios con recursos técnicos, guardias municipales privados (armados y desarmados. Las policías particulares no son un buen ejemplo). Más carabineros piden suplicantes los ciudadanos; y los políticos hacen mutis por el foro… El tema de la delincuencia es recurso exclusivo, un postre presidencial. Ahora están de moda las redadas, con eso basta, como para “meter cuco”, a los delincuentes, que no están ni ahí; ellos tienen dominada la situación en todos los terrenos. Es cuestión de dignidad política reconocer que el sistema está sobrepasado. Pero la ciudadanía opina que con las redadas…, algo es algo, y el calmante hace su efecto.
Pensado fríamente, el delito se efectúa en un acto consciente para obtener un beneficio económico sin trabajar (aunque ellos le llaman trabajo) haciendo la menor inversión de esfuerzo posible, o actuando con la ya comprobada crueldad. Y, de ser sorprendido el delincuente, se da a la tarea de “pagar” con el menor tiempo posible privado de libertad, recurriendo a los vacíos de la ley (muchos son los que desde la cárcel siguen “trabajando” a vista y paciencia, haciendo libre uso de la tecnología). En este contexto, el delito en Chile, es un muy buen negocio, por tanto, mientras reditúe, seguirán aumentando los practicantes… Es impresionante comprobar que el sistema tiene baches que no tienen prisa de reparar. Las noticias dejan entrever sus graves falencias. Los hechos llevan a la conclusión que estamos en presencia de una epidemia, y solamente se reparten calmantes. Chile, no es un país corrupto decían y repetían en los discursos; y hoy también se escucha la misma monserga. Chile, ha sido históricamente un país de oligarquías corruptas, y hoy un país en franca vía hacia la colombianización, mexicanización, bolivianización acompañada de esa bananización de la descarada incultura política que ya está posesionada. (Las excepciones, las buenas intenciones y los esfuerzos, que intentan los amantes del arte, de la justicia, de la democracia, de la verdad, es cubrir el sol detrás del pulgar, frente al real problema).
Los responsables son esos que voluntariamente han sido elegidos para que dirijan los destinos de la nación; de esos elegidos una peligrosa cantidad integran el arcoíris de indiferentes. Mientras están ingiriendo el recurso del beneficio económico (dieta) y el acicalamiento de sus bigotes, nada más tiene importancia. Todos no: ¿pero? ¿Cuántos son?
La delincuencia es un negocio más de la corruptela: como el caso “ley reservada del cobre”, el caso Penta, Soquimich, las fragatas, los mirages, los muebles de ratán, el negocio de la venta de niños, el caso de los señores oficiales corruptos de carabineros ha sido la estrella mediática. Se escucha que la ley está para proteger la democracia y la seguridad ciudadana, pero en esa misma ley se amparan a los delincuentes comunes y los delincuentes corruptos de las elites, para continuar “trabajando”. Este país tiene, ya lo dijimos, más de 50 mil presos, cada uno cuesta al impuesto recaudado 700 mil pesos mensuales o sea, entre pito y flauta 35 mil millones por mes; con una rehabilitación insignificante que es casi cero comparada con la realidad y una alta reincidencia que se deja ver y sentir. Esto está dicho en todos los discursos. Los funcionarios de prisiones hacen lo que pueden. El delito se paga con cárcel, pero la víctima no es resarcida por el daño, ese daño del que debiera hacerse cargo el sistema por su ineficiencia. El sistema que no protege a los ciudadanos es un sistema inservible. Como esto no ocurre, mientras el delincuente no pague por el acto con la privación de libertad y además con la reposición del daño económico causado, los practicantes seguirán aumentando (ya lo dijimos y lo seguiremos diciendo). El delito se ha convertido en un buen negocio que reditúa no sólo al delincuente. La cantidad de droga que ingresa y que se muestra en los noticieros es la punta del iceberg. El dinero que se invierte en el control con los riesgos de corrupción en su fiscalización es altísimo, pero el cuento sigue y crece. ¿Sabe alguien, o es noticia el que se hace y donde van a parar los bienes y dineros requisados a los traficantes? Con la aplicación de cadena perpetua por ingresar droga al país, Con la exigencia del examen de pelo a toda la administración pública, (Incluso habría que darse unas vueltas por las iglesias: ya que para cometer “algunas atrocidades”, hay que ingerir alicientes) por ahí, la cosa mostraría un horizonte. Los funcionarios, los policías y el poder judicial y los políticos, todos los honestos…, debieran mostrar libremente ese examen. Así se podría empezar a rayar la cancha. El recreo continuará, hasta que las bandas empiecen con las amenazas a los jueces, y las cumplan. Además del ingreso y toma de los municipios ¿qué pasó con el municipio de San Joaquín? Como ya se comenta, el recreo continuará hasta que no reformen el Código Penal, con disposiciones de emergencia y esa misma celeridad, que aplican para aumentarse sus dietas. El delincuente que agrede a un policía cumple sin beneficios el doble de la pena, y el policía o funcionario que se corrompe cumple el doble de la pena sin beneficios… Y quien induce a delinquir a un menor de edad, cumple el doble de la pena sin beneficios. Tómalo como un chiste, pero para hacer cumplir esta ley es necesaria la excelencia política.
A este paso, con este ritmo, no nos queda más que seguir respirando por la herida.

TODO POR LA AUTONOMÍA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE MAGALLANES…

El Fortín del Estrecho