Para hablar de industrialización es necesariamente indispensable planificar en conjunto para concebir realmente la supervivencia de nuestra región en el siglo que se viene; (a estas alturas, contra nosotros). No es cuestión de pensar si lloverá mañana, hay que prepararse para el invierno de los futuros años. El tema parece aburrido, pero que tal si cambiamos el cristal y decimos que la industrialización regional debe pensarse como mínimo a veinte años plazo, a partir de la escuela básica reafirmándose en el hogar, perfeccionándose en los laboratorios industriales, investigándose en la universidad hasta llegar al control de calidad CORFO. Todo este proyecto, hermanado primero con la concientización del consumidor regional y luego nacional. Así, todo en pos de la excelencia de ese algo nuestro que debe ser el ideal superior…, del Magallánico de este siglo: Bastarnos a nosotros mismos para tener en propiedad la ilusión de vivir cara a cara de frente al mundo, y no enceguecidos ante el autocolonialismo, ante ese alucinante mecanismo que adorna la ineficiente impotencia del sistema. ¿No se siente usted desnudo frente al avasallador ataque de esa globalización, que sólo nos considera con tributantes de materias primas no renovables, tratadas a precios que no somos capaces de imponer ni defender, porque detrás de cada ventana está el abotonamiento del compromiso político en el que siempre perdemos dada nuestra debilidad: ¿falta de valor?, ¿déficit de inteligencia o sinvergüenzura de esos que históricamente están de turno? Pensar en el otorgamiento de los minerales de LITIO, en la venta de tierras a “luca” la hectárea, en el libertinaje del territorio marítimo, esos dudosos permisos para probar medicamentos; que la enseñanza mediocre prepara la mano de obra económica para conservarles como herramientas de repuestos, y que apunta de trípticos se les saca filo con estímulos baratos. Lo mismo pareciera estar ocurriendo con el arte y sus manifestaciones; y las actividades físicas…, para que decir lo que pasa con la investigación científica. Pero hablan de globalización en todos los discursos; y a estas alturas ya producen risas.
Vaya usted a una oficina promotora de cultura y exponga sus sueños:-¡Aquí no hay un peso para cultura!, nosotros solamente formamos parte del comité seleccionador, pero no decidimos nada; en todo caso, traiga su idea en triplicado la estudiaremos y la presentaremos el próximo mes a consideración de…-¿De quién?, pero si no tiene nada que ver con el arte, -Sí, pero dispone del dinero.
El problema: ¿No será que hay muchas oficinas de cultura?, o ¿muchos encargados de cultura? Se siente como algunos inescrupulosos usan su turbia cultura como tapón del discurso, para traficar con las ilusiones y anhelos de quienes usan el arte como oxígeno de vida.
La realidad que criticar sin tener nada que aportar es un grave mal. A ciencia cierta, aquellos proyectos en que la población tiene participación masiva, producen estímulos que resultan muy provechosos a futuro en la conducta emocional de la población. Por ejemplo: ¿Plantemos flores desde la frontera hasta Tres Puentes, por todas las bermas y veredas, y a la entrada y salida de la región instalemos respectivos murales en los que se lea:
“NUESTROS CAMPOS DE FLORES BORDADOS”; y hagamos lo mismo en Porvenir y en Natales.
Realmente, en este proyecto lo más importante es el efecto espiritual, si la obra la realizamos como un gesto de paz y unidad. Imaginemos a veinte mil jóvenes y viejos, católicos y protestantes, civiles y militares, izquierdistas y derechistas, los del Colo y los de la “U”; todos voluntarios sembrando caléndulas…Imaginemos todo eso florecido… como signo de unidad y paz.
En el próximo, soñaremos que somos capaces de cosechar todo el calafate de nuestros campos, y que celebramos el carnaval del calafate, con licor de éste, y también concursos de mermeladas. Y por qué no decir: el día del queso Magallánico… NADA SE COSECHA SI LA SIEMBRA DE ESPERANZA NO SE RIEGA CON HECHOS.
TODO POR LA AUTONOMÍA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE MAGALLANES
Antonio Deza Gonzalez Director