Cada vez se le da menos importancia a la historia, como si fuese algo que avergüence; de este tema sólo se repiten esos hechos floridos que justifican los actos políticos, los actos militares, los actos religiosos, las tragedias. Los actos vergonzosos se barren bajo las alfombras, o bien casi como regla general contienen la versión del vencedor, y el resentimiento del vencido. Siempre con la vestimenta del chauvinismo y el mito. En esta ocasión intentaremos ir más lejos, a esa distancia que permitirá mirarnos en nuestro espejo, enmarcado en la historia. Si…, Qin Shi Huang, nombre propio Zheng, el rey que unificó China, lo dejó por escrito, (estamos hablando de más o menos 250 años antes de Cristo), si estuviera en lo cierto, China sería la civilización más antigua. Pero algunos estudiosos consideran que las primeras culturas sedentarias tienen su origen en la Mesopotamia. Y de eso, hace a ojo de buen cubero unos 10.000 años…, (S.E.U.O.). Las culturas Hassuna, Samarra, Halaf, y Obeid, antecesoras de Sumaria. Acadia y Babilonia, están en la lista de las culturas más antiguas. Hammurabi, tiene su lugar en el pasado. Otras versiones dicen que los sumerios, fueron los primeros en civilizarse…, según el concepto general. Muchos son los que han dicho, dicen y escriben esto y lo otro, e intentan justificar los expuesto con pruebas tangibles. La historia, es el recordatorio, el ayuda memoria, el “mataburros”, que nos permite traer a nuestra actualidad lo pasado, lo vivido y sucedido. La historia, está latente en cada cultura que se precie de tal. A las grandes culturas se les reconocen por las pruebas, testimonios y reliquias encontradas que demuestran su existencia y en base a eso, se les estudia, se les respeta y se les admira. (No diremos, “con sana envidia”, porque son inimitables). De algunas de estas culturas, no diremos que nadie, pero realmente, casi nadie saben de su existencia; una de ellas es la cultura El Sila o (El silla); extensa dinastía coreana que data del 57 aec., (antes de la era común), y 935 ec., (era común), es uno de los tres reinos de Corea junto con Gyeongju y Baekje. Nos estamos refiriendo a las Corea de Sur y Corea del Norte, las mismas que hoy hacen noticia; y con todos sus problemas nos muestran viva, la cultura de sus ancestros. Este tema es extenso, todas las culturas nos han dejado muestras de su sabiduría. En nuestra América existió Caral, la civilización más antigua, tanto así, como Egipto, Mesopotamia, India o China. Caral, se desarrolló en el norte de Lima, Perú. Estamos hablando de 2100 años antes de Cristo…, y ahí están las pruebas. Hoy quien desee investigar puede estudiar esas civilizaciones y encontrar pruebas de sus habilidades y sabiduría. Los griegos, los romanos aún están presentes en nuestro diario vivir. La cultura mapuche, tiene tanto que enseñarnos, y a pesar de eso, “el sistema” le pone obstáculos mostrándonos solamente lo superficial. Las culturas patagónicas y fueguinas las tenemos a la vista y sabemos tan poco de ellas. La idea de este mal hilvanado tema de las civilizaciones ha sido una elucubración para mirarnos frente a nuestro propio espejo, y para consultarnos y opinar respecto del aniversario de los cinco siglos transcurridos desde el descubrimiento del estrecho de Magallanes: –¿Qué nos dejaron los antepasados para la posteridad? (Don Hernando de Magallanes… lo hizo). ¿Qué encontrarán de nosotros como cultura magallánica en los próximos 500 años? Siempre se escucha el decir de la cultura magallánica como algo nuestro, propio, con raíces y frutos. Como norma de nuestra línea editorial, cumplimos haciendo participar en esta ocasión a una veintena ciudadanos y ciudadanas de diferentes edades: ¿Cómo seremos recordados cuando celebren los próximos 500 años del descubrimiento del Estrecho? Las respuestas: (algunas respuestas son irrepetibles). –¿Qué importancia puede tener eso? –Me da lo mismo. –Por las bolsas plásticas en los cercos. –Por el SIDA. –Por el precio de los remedios. –Por los sinvergüenzas que gobiernan. –No creo en la historia –A este paso en quinientos años más con la cantidad de delincuentes que habrá, no tendremos donde refugiarnos. –Vamo’a tener “hartos moll”. –Siempre vamos a estar atrás como la cola del chancho. Una joven de 17 años dijo: –Es una pena que la estupidez, la soberbia, la indiferencia, la inconsecuencia política y otros males culturales que nos denigran como sociedad, no queden para experiencia descritos en los textos de historia para puedan ser corregidos, esos sería muy buen ejemplo para el futuro… En realidad, tenemos mucho que dejar, la cultura por la paz, la cultura del respeto, la cultura de la espiritualidad entre otros…, de esas conductas que nos permitan ser mejores personas. Es reconfortante que entre nosotros viva gente que piensa. La realidad nuestra es que jamás hemos aprendido a dejar de depender, y jamás nos han dejado desprendernos, no sólo económicamente, sino cultural y filosóficamente tal fuésemos “seres” con capacidades limitadas. El lado triste de este tema es que ya ni siquiera lo intentamos, los hechos que están a la vista; y no es ironía del destino, ha sido la manipulación consciente y la ineficiencia cultural. De ahí esta oportunidad histórica, fecha que representa ese peso emocional que genera el valor de ser y sentir como propia la identidad magallánica. Nos vemos…, en el aniversario de los próximos 500 años… En el 2250 hablarán de nosotros…, sobre eso que les heredémos.

El Fortín del Estrecho