Las monoamino oxidadas (MAO) son enzimas que catalizan la oxidación de monoaminas y la degradación de neurotransmisores –aminas (serotonina, noradrenalina. Se encuentran unidas a la membrana externa de la mitocondria en la mayoría de los tipos celulares del organismo.
La enzima fue descubierta en el hígado por la Dra. Mary Hare y fue bautizada con el nombre de Tiramina oxidasa.
En los humanos existen dos tipos de MAO: MAO-A y MAO-B. Ambas se encuentran tanto en neuronas como en la astroglía.
Fuera del sistema nervioso central: MAO-A también se encuentra en el hígado, tracto gastrointestinal y la placenta.
MAO-B: Se encuentra mayormente en la sangre y las plaquetas.
En el año 2006 se publicó una investigación del Dr. neozelandés Rod Lea, que dijo que una variante particular (o genotipo) estaba sobrerrepresentada en los Maoríes un “GEN GUERRERO”. Esto apoyaba los primeros estudios que encontraron diferentes grupos étnicos. Este es el caso de muchas variantes genéticas, siendo las proporciones encontradas de la variante de promotor de baja actividad de la MAO-A de un 33% en la población caucasoide-no latina y un 61% en los habitantes pacífico-asiáticos*
Para ampliar el concepto de lo informado, según el artículo de Jennifer Abate publicado en el diario La Tercera el 11 del 12 de 2010, dice textualmente: “Correr riesgos a la hora de tomar decisiones económicas puede ser una pésima jugada, pero no para todo el mundo. Según investigaciones recientes, habría personas genéticamente predispuestas a arriesgar más, y, afortunadamente para ellos, a tener más éxito en estas decisiones”.
Según lo explicado en la sección ciencias biológicas de la Revista Británica Procedimientos de la Sociedad Real un estudio conducido por la científica Cary Frydman, del Instituto de Tecnología de Pasadena EE.UU. se concentro en las variantes genéticas del gen MAO-A, responsable de la liberación de la enzima monoamina oxidasa-A “que afecta las decisiones financieras”. Usando modelos probabilísticos para dar cuenta de los mecanismos cerebrales ligados a la toma de decisiones financieras, el equipo de investigadores se centró en las dos formas en que la genética puede influir en el comportamiento económico: La asignación de un valor determinado a cada opción que se presenta y la capacidad de comparar entre ambas opciones.
En el curso del procedimiento se analizaron los genes de 83 hombres de diferentes edades entre 19 y 27 años, y enfocándose en tres variantes genéticas, dos ligadas al comportamiento arriesgado MAO-A-L y una variante del gen DRD4, y una tercera variante asociada a la evasión del riesgo 5HTT. Los participantes debieron realizar un ejercicio financiero y escoger entre una opción segura (100% de posibilidades de terminar con un dólar al final del juego), y una apuesta (una opción de 50% de terminar el ejercicio con una ganancia de 7 dólares y 50% de perder 4 dólares.
La Dra. Frydman descubrió que tanto los portadores de la variación del gen 5-HTT, ligados a la busqueda y evasión de riesgo. Respectivamente, no presentaban, comparados con otras personas, mayores diferencias a la hora de evaluar una decisión “económica”. Sin embargo, algo muy diferente ocurrió con aquellos humanos que presentaban la variación MAO-A- L, relacionada con una menor producción de la monoamina oxidasa-A, que tienen un comportamiento más riesgoso y la predisposición a desembolsar más “dinero” en situaciones determinadas o a ser más agresivos en ambientes estresantes: ellos tomaron, en el 41% de las ocasiones, decisiones riesgosas, comparados con el 36% de oportunidades en que otras personas eligieron este tipo de comportamiento.
Lo sorprendente es que cuando la Dr. Frydman y su equipo analizaron las decisiones de estos sujetos de acuerdo a la comparación que habían hecho entre una decisión y otra, se percataron de la tendencia que los privilegia, cuando enfrentan una apuesta potencialmente ganadora, los portadores de las variante MAO-A-L toman mejores decisiones que los que no manifiestan esa variante.
En otras palabras, aquellos que tienen lo que se conoce como el “gen del guerrero” no toman decisiones financieras arriesgadas porque sean precipitados, como se pensaba, sino porque están genéticamente predispuestos a tomar mejores decisiones, aun cuando parezcan potencialmente peligrosas.
“Con esto queda comprobado que el comportamiento arriesgado no siempre es contraproducente y no tiene por qué ser inadecuado en todos los casos”, sentenció la Dra. Frydman.
Basándonos en este artículo podemos deducir que poquísimos chilenos poseen el gen MAO-A-L
*De wikipedia: Sabat S. Hu. S. Hamer D. (1998) “A functional polymorphismin the monoamine oxidasa a gene promoter” Hum genet 103 pp. 273-9 PMID 9799080
Resumen del Director