Durante más de una década el observatorio de Akeno, en Japón, recibió rayos cósmicos que supuestamente no deberían existir, debido a que estaban muy por encima del límite de la energía conocida. Algunos científicos hasta dudaron de la Teoría Especial de la Relatividad de Einstein.
Don Basilio Solís, Magíster en Astrofísica de la U. Católica y astrónomo del Planetario de la Usach, cuenta que: “-Los rayos cósmicos inundan todo el Universo. Son generados por diferentes fuentes y fenómenos muy energéticos, entre ellos agujeros negros, galaxias con núcleos activos, supernovas y muchos otros. En años anteriores efectivamente se observaron rayos cósmicos de muy alta energía cuyo origen era desconocido. Hoy en día se postula que esta radiación proviene principalmente de dos fuentes: fusión de estrellas de neutrones y supernovas tipo II”. “Digo, -se postula- porque no se puede saber con completa certeza el origen de cada uno de estos rayos cósmicos debido a su gran cantidad y a que ocurren en todo el cielo.        

El Fortín del Estrecho