En el ámbito de una global filosofía del trabajo humano, esbozada desde la óptica postmodernidad económica, es posible postular algunas tesis éticas, de carácter crítico reflexivo, cerca de la superioridad y trascendencia del trabajo humanizado, entendido individual y socialmente como eficaz y eficiente porque está destinado a lograr una mejor calidad de vida durante nuestra existencia planetaria, sobre todo en tiempos de cambios económicos.
Al logro de tan humanizante fin, se orientan las temáticas cíclicamente involucradas del trabajo, la educación y la ética humanista, concebidas como actividades correlativas del proceso de autorrealización personal en la medida que se trata de actividades vinculadas a la calidad de vida de cada uno de los seres humanos actuales y futuros.
Por tal motivo, el aporte conjugado de pensamiento, acción y emoción, está destinado a la explicación significativa de algunas fundamentales tesis éticas, originadas por intermediación del transito vital generado desde la profundidad reflexiva a la horizontalidad proyectiva.
En este sentido la ética concebida como disciplina autónoma interesada en las acciones libres, tiene que cumplir la tarea moral de potenciar, educar y desarrollar cada uno de los aspectos vitales, laborales y formativos de las personas.
PRIMERA TESIS. En la historia de la humanidad se puede constatar, a partir de la aplicación del principio antrópico, un desarrollo conjunto de trabajo y espíritu humano, derivado de la extensión creciente de los conocimientos científicos y tecnológicos acumulados en distintas esferas de la realidad global, y aplicados humanamente en diversos ámbitos de la vida individual y social.
Tal postulación tiene como consecuencia un aumento en los estándares de vida humana y un impacto en el mejoramiento material de aquella, debido al incremento sustancial de los avances tecnológicos y científicos que se aplican en las distintas actividades humanas.
En la actualidad inmediata, esa situación genera una distancia apreciable entre el desarrollo material de la vida humana y el desarrollo espiritual de la misma, derivada de las prácticas despersonalizadas de las actividades laborales y de los usos inmisericordes de los agentes económicos involucrados: gobiernos, empresarios, trabajadores, productores, consumidores, proveedores, operadores…, competencia…
SEGUNDA TESIS. En la evolución histórica de la especie humana, se percibe una asimetría ética y moral en torno a las principales concepciones del trabajo humano derivada de las sucesivas y/o paralelas revoluciones experimentadas en el transcurso de los siglos: agrícola, industrial, económica, científica y tecnológica. Tal asimetría, desemboca en una ambivalencia conceptual manifestada en las ideas de que el trabajo es un derecho y un deber, que tambien expresa la situación de libertad y de nobleza por parte de quien lo ejecuta; las que no siempre han sido aceptadas o reconocidas en el devenir de la historia de la humanidad.
A partir de tal ambivalencia, se deduce que la anfibología* en el concepto y en la situación del trabajo es problemática, de manera similar a lo que ocurre en el concepto y situación del hombre actual, a quien se continúa considerando como un medio instrumental para conseguir fines ilegítimos e injustos por su intermedio.
Esta problemática significa, de una parte, asignarle al trabajo el carácter de actividad esencial en nuestras vidas y, de otra, reconocer que el trabajo es una actividad determinante en las distintas esferas contingentes de nuestra calidad de vida individual y social, tal como lo postula una consecuente, excelsa y pragmática filosofía del trabajo.
TERCERA TESIS. En el devenir histórico de la humanidad se advierte que, en su dimensión ética – y también económica, por añadidura- la educación es concebida como proceso y producto de crecimiento individual y social y , en tanto expresión exclusivamente humana de la libertad, ha contribuido o no, al desarrollo y/o progreso del espíritu humano en diversas dimensiones de éste, porque ella posee la doble impronta formadora e informadora de las distintas generaciones de seres humanos pretéritas, actuales y futuras.
Su doble impacto se pone de manifiesto en el propósito humanizador y en el contrapuesto afán socializador de las personas, impulsado por la convivencia inter y transubjetiva. Esta circunstancia impide el cumplimiento de metas libertarias y comunitarias derivadas de la consiguiente humanización generadas por la instancia liberadora de la ética, porque ambos procesos educativos conllevan implícitos, en forma respectiva, la aplicación de los principios y de los valores de libertad, de igualdad y de justicia.
CUARTA TESIS. En la “planetización” creciente del género y la especie homo sapiens recens, u hombre actual, se percibe que la ética en cuanto impronta exclusiva de comportamiento humano y en tanto expresión única de búsqueda de verdades, de la conquista de la libertad y de la excelencia humana, ha cumplido una decisiva función reflexiva en el incremento del desarrollo y/o devenir de la humanidad.
En efecto, ella ha promovido la adquisición de un criterio ecuánime para asumir, de manera más responsable y más humana, las decisiones trascendentales de aquel incremento y atenuar sus efectos menos filantrópicos, altruistas y más discriminatorios.
La triple impronta humana que revela la ética aplicada en los ámbitos de los derechos, deberes y obligaciones vitales le confiere un enérgico potencial transformador de hombres y de sociedades. En particular, debido a la enorme influencia actual de la bioética interesada, entre otros temas, por la calidad de vida de las personas. Propuesta y consiguiente debate que se promueve con ahínco en los distintos sectores de las actuales sociedades, sean postmodernas o no.
La ética también conlleva implícito un triple impacto humanizador, concientizador y socializador que se deriva del enorme afán de autonomía moral que persigue establecer en cada persona, mediante el desenvolvimiento de la conciencia critica, el transversal propósito de convivencia armónica , teniendo en vista la actual situación de la condición humana con el fin de atenuar la influencia disgregante del principio entrópico* que amenaza a la humanidad actual bajo distintas formas: cambio climático, calentamiento global, sobrepoblación, hambruna, crisis energética, sobreexplotación de los recursos naturales…, (guerras).
QUINTA Y ÚLTIMA TESIS.
En el contexto del proceso globalizador en que se encuentran inmersas las actuales sociedades modernas y postmodernas y, situados en el punto crítico de la aplicación terminal del principio antrópico* que sirve para justificar el interés ético del trabajo que genera ciertas y determinadas condiciones de vida, se observa que la temática sustancial de la calidad de vida conlleva una reflexión más seria acerca de su contenido desde distintas perspectivas las que, conjugadas de manera equilibrada, permiten obtener un sólida visión holística de aquella esencial cuestión para la humanidad por venir.
Por lo consiguiente, ese marco referencial permite justificar esta contribución ensayada desde la óptica de la educación y de la ética humanista, a la vez que sostener el fundamento racional para firmar, en última instancia, que de una parte la calidad de vida es un termino bioético de aplicación inter, multi y transdisciplinario incorporado en forma reciente en los foros internacionales para estimular el debate y la consiguiente investigación filosófica y científica de aquella, en el ámbito de las economías sustentables.
Del mismo modo la confluencia de ética y educación garantiza el saber qué y el saber cómo en los seres humanos, con el propósito que se desarrolle en ellos una nueva forma de conocimiento denominado cognición como en acción que, siguiendo la tesis de Francisco Varela en su obra Ética y Acción, permite percibir el mundo como algo que emerge a partir de cómo nos movemos, tocamos, respiramos, vemos y comemos.
En fin, de otra parte, la educación y la ética en tanto acciones práxicas y activas aplicadas de manera razonable permiten, en cada ser humano, que él ejercite laboralmente al máximo sus múltiples potencialidades, porque a través suyo se busca la excelencia humana a la vez que desarrollar en el límite de lo posible, aquello que hay de superior en cada homo sapiens actual y futuro, con el evidente propósito humanista y humanitario de alcanzar distintos niveles de perfeccionamiento material y espiritual aquí, en el planeta Tierra, nuestro razonable hábitat natural, mediante la contribución armónica de las filosofías , las ciencias y las tecnologías.
Anfibología*: ambigüedad de sentido o interpretación
Entrópico*: denominación que designa la incertidumbre de la naturaleza de un mensaje dentro de un conjunto de ellos.
Antrópico*: conjunto de procesos de degradación del relieve y subsuelo, debido a la acción humana.
Praxicas*: conjunto de accione destinadas a cambiar el mundo.
RICARDO ANDRADE ITURRA Profesor de Filosofía