Cada día al regreso a casa después de la pega, muchos nos tiramos en el sillón regalón y nos dejamos hipnotizar por ese programilla televisivo que nos mandan del norte y (digamos) que nos distrae. Todo empieza con esos noticiosos que dejan a la vista hasta donde llega la frescura politiquera, la inconciencia criminal del tráfico de drogas, la exquisita violencia que nos tiene como loros en el alambre, el abuso sexual a los niños con y sin sotana, con y sin corbata…, estos son los titulares de la crónica negra; es lo que nos espera a la hora del descanso al final del día. Las bajezas políticas, son el postre ácido… Todo en colores, y sin advertencia ninguna, de un latigazo, nos traen de a ese castillito en el aire donde se sueña en ese mundo de bilz y pap, la razón es simple, nos ofrecen todo el mundo al más bajo precio…, siempre; con los más bajos intereses…, siempre y con el relato…, cómete éste y cómete éste otro; energízate, adelgaza; ¡se acumuló!, y ves millones de pesos a tu disposición. Y para qué decir el bombardeo de la banda ancha; el aluvión de tarjetas tramposas, las liquidaciones de fármacos. Y frente a estos ataques, no existe ley real de defensa al ingenuo. A esto súmale esos crueles titulares que garantizan la venta, más morbo, más utilidades.
Todo nos dice que este sistema inconciente nos está volviendo locos, y esta locura colectiva es manipulada y explotada por los inescrupulosos. Miles de chilenos se alimentan con mierda, pero celebramos el día del completo. El alcoholismo es una peste, (pal’18 estar como mazo es ser chileno) pero celebramos el día de la piscola; y por otro lado se invierte dinero estatal financiando pobres campañas contra el colesterol, y contra el alcoholismo: business is business…
De otro zuácate, la pantalla se llena de alegres piluchas, y si te cambias te vas a esos programas de conversación liviana sobre sexo, vida privada, farándula mediocre o a esos de a un peso el muerto donde todos mueren menos los gringos…, para que te vas a cambiar de canal, decir lo contrario sería hipocresía, total eso es cultura y esa forma de cultura es la que vende, y meterse en un programa politiquero es llenarse la cabeza con más basura y mentiras. Los canales deportivos nos hacen imaginar que lindo sería Chile con un buen programa promotor de la actividad física pero, topamos en la alimentación y otros detalles.
Ahí nace la pregunta, ¿Dónde está el mensaje positivo? , ese mensaje dirigido al estímulo del buen vivir… En resumen al cierre de la transmisión el 99% de lo visto ha sido extranjerizante, todo lo extranjero resulta ser lindo, bueno, choro, eso es lo perfecto. En resumen, lo chileno no vende, simplemente porque es muy penca. Esta idea macabra la han impreso “ellos” en el subconsciente de la gran masa.
Bueno, a estas alturas que se podría agregar, solamente reconocer que somos un criadero de consumidores sumisos (huevones), cobardes felices, total en estos tiempos no hay que apretarse el cinturón…, ven por tu millón a 36 meses y te miraremos a los ojos; (ojalá sean azules). Y poco ha poco nos hemos ido dando cuenta que no somos tigres, sino que la gran mayoría somos las presas de esas fieras, esas que se han cebado amparadas tras las leyes que han hecho los yanaconas a su justa medida, de ahí que hemos perdido el control, por eso nos dejamos mordisquear anestesiados por las luces de la caja idiota.
¿Por qué no dicen que la chiva de Hidroaysen no es más que el amarre legal para favorecer a las empresas en cuestión y así consoliden el poder, para defenderse de el que sea quien gobierne? Total de aquí a veinte años los responsables estarán en el infierno, al igual que esos otros de hace treinta años.
Y el eco trae la respuesta: Qué le vamos a hacer, para qué hacerse mala sangre. Para decir esto, basta con unas pocas dosis de indiferencia…, total el mundo se va a acabar.
En realidad, el tema era otro, quería comentar ese ridículo anuncio icono de la realidad, de lo simplón, de lo barato: ¡Chao jefe!, grita el pilucho corriendo hacia el mar; chao jefe, ahora es millonario, puede despilfarrar la fortuna. En otros avisos similares se muestran al ganador rodeado de bellezas tropicales bajo una mata de cocos. Me gano el gordo no trabajo más. ¿Qué dirán los cesantes que por años buscan el sustento? ¿Habrá que robar para vivir?
Pero, nunca muestran un anuncio del ganador optimista positivo con el mensaje dirigido de acuerdo a la necesidad de reconstrucción moral, al menos con una pizca de fe. Todo tiene la misma música entonada por esas sirenas cantoras. Al detenerse frente a estos anuncios sin criterio (que dicen ser técnicos), se puede afirmar que estamos bombardeados por anuncios sin criterio. Ahí nace la pregunta: ¿Cuánto cuesta invertir en un poco de respeto?
Estimado lector, se ha dado cuenta usted que ya no se promueve el ahorro.., deténgase, piense y saque su propia conclusión. Ser víctima del abuso comunicacional es una forma cruel de ataque silencioso… del que sólo la cultura nos puede defender.
Le autorizo para que me acuse de tonto grave. Puede decir también que estas líneas han sido fraguadas en el pesimismo pero, no inunde de error su apreciación; esto, no es ni más ni menos que la sana intención de desnudar la garganta, liberándola para que la voz brote fuerte clara, valiente, se escuche donde corresponde y logre acallar los cantos de las sirenas de turno, y además mantenga despierto el sentimiento de unidad, único camino que lleva al progreso…Regional.
TODO POR LA AUTONOMÍA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE MAGALLANES
Antonio S. Deza González, Director