Por lo general y comúnmente somos los viejos quienes opinamos que la juventud actual no tiene remedio y la crítica se enristra apuntando contra todos los sistemas, pero a ningún viejo se nos cruza siquiera ni en sueños por la mente que esos problemas conductuales en que se encasilla a la juventud son de exclusiva responsabilidad de las generaciones anteriores.

Por más de medio siglo comprobado en la propia piel por lo vivido dolorosamente in situ, se puede afirmar como paso a paso, sistemáticamente por ésta o tales causas y razones, muchas de ellas de políticas maquiavélicas tendientes a la mantención y administración del poder que ha ido destruyendo el sistema educacional hasta llegar al lamentable estado actual que le ha despojado de sus cimientos filosóficos básicos, o sea ha quedado al garete a merced de esos economisistas y mezquinos vientos de la educación empresa, última gracia del gobierno militar, (esto es libre mercado mierda, los alumnos son prietas pa’ rellenar y los progenitores ovejas pa’ esquilar y las escuelas pa’pobres pa’producir mano de obra barata). Esto viene ocurriendo según yo, hace más de medio siglo, mis antepasados decían que este trámite empezó antes mucho antes según sus antepasados, y todo a vista y paciencia de los responsables, distinguidos y honorables legisladores. Cuanta sangre ha corrido por las cunetas, para tener la mediana libertad de sentarse frente a una máquina de escribir y vomitar estas frustraciones.

Es parte del paisaje de la semana mechona ver a los “chiporros” despojados de parte de sus vestimentas ultrajados en su dignidad y pidiendo limosna como si fuera ésta la primera lección de vida frente al futuro no lejano, ya que para muchos la realidad será integrar la legión de cesantes ilustrados a quienes sus familias, soportando el salobre agridulce, deberán seguir alimentando luego de haber financiado esas onerosas  carreras.

Muchos de esos jóvenes, por no decir la mayoría, no tienen ni idea de la crudeza narrada en el informe Reting…, hoy, no hay tiempo para pensar, y total, eso ya pasó y lo mejor es olvidar; y con la promoción del olvido ¡llame ya!, se deja de lado la importancia del orgullo que por derecho debe sentir un pueblo, olvido, que da paso al triunfalismo barato estimulado por la hipocresía del chauvinismo cobarde, discurso que ya se torna  insoportable…, eso, la juventud lo viene asimilando por décadas (lo malo, es que la juventud es muy corta).

La juventud asimila estos vicios heredados y los vomita en su conducta muchas veces suicida o autoflagelante intentando escapar de la oscura realidad que les muestra su horizonte real, el horizonte que les pintan los agoreros de turno, es paja.

En realidad cuando reconozcamos que somos un país de mierda, (y usted no se enoje…, piense.) Reconocerlo, será el primer paso para enmendar el rumbo. Con cuanto orgullo se han celebrado los convenios de libre comercio y nunca ni por un milímetro pensaron en el daño que causarían al hombre común, (en el que se ganaba la vida haciendo con sus manos), los estadistas sólo calcularon utilidades a nivel macro, (fruta y vino, y productos no renovables, eso es Chile, mierda), como dicen a nivel país, medida que usan comúnmente para medir la profundidad de esas billeteras. (Ejemplo torpe, pero ejemplo al fin: Un par de zapatos hechos a mano en Inglaterra US $ 500.000 Quinientos Mil dólares, y aquí entre nos, se incentiva la maquinación y la importación. Y con el correr de los años está a la vista como cada vez hacemos nada…, nada más que criticar a la juventud, culpándola de nuestras irresponsabilidades, a esa juventud que machetea la “gamba” pa’seguir el enceguecedor carrete anti-realidad, “gamba” con la que adquirirá ese copete producto de los inteligentes tratados de libre comercio. Y que las descriteriadas promociones desbocadas a culo descubierto, incentivan el consumo.

Y por orden divina prohíben  el uso de la píldora bendita (anti-miseria) y del condón profiláctico, y cada día (históricamente) se ha comprobado como Satanás les ha revuelto el agua bendita con su cola, hasta hacerles olvidar su juramento…, a cambio de ese “pecado-placer” sancionado en el Levítico 18-22. Y para qué les recordamos lo dicho en San Mateo 17-6… Juzgue usted. 

De todos esos “pequeños” detalles,  considerando en ellos la visita-invasión del emperador romano Septimio Severo que le hizo rendir honores sin bayoneta a la formación de bienvenida; entre otros detallitos a ese moreno centurión enseñando a los niños chilenos a repetir en inglés algo así como: “nosotros la amamos señora Obama”…

Unos tienen negro el color de la piel y otros tienen el alma del color de esa piel…, en eso, nos podemos parecer mister president.

Todos estos detalles los capta la juventud y frente a la incapacidad de hacer, más vale decir: “no estamos ni ahí”.

Cualquiera similitud con la realidad es sólo coincidencia…, las bayonetas me dan  mucho “chusto”…

 

TODO POR LA AUTONOMÍA POLÍTICA Y ACONÓMICA DE MAGALLANES

Antonio S. Deza González, Director

El Fortín del Estrecho