LAS VIRTUDES DESVIRTUALIZADAS

por | Feb 17, 2025 | Editorial

 

El verdadero significado de las palabras verdad, honradez, sinceridad, dignidad, moral, y todo eso que se dice de lo relacionado con la honestidad humana, politiqueramente sólo las usan para hacer ver con los ojos cerrados a los hipnotizados, y a los que se dejan ilusionar cerrando voluntariamente sus ojos, y con las manos estiradas en espera de las dádivas; y también a quienes sabiendo la verdad se prestan de promotores del espectáculo a cambio de ese beneficio con cargo al erario público. Miles de millones se han salido a circulación sin destino a la vista desde los municipios, y sólo hay un caso entre rejas.

Estos ilusionistas, con esa magia, siempre pretenden sacar sus mentiras convertidas en verdades desde el fondo de ese sombrero rebosante de heces, sin untarse las manos, y sin salpicar su rostro; mientras los vientos de las irrefutables verdades les demuelen los cimientos.

Estas obras de las élites criollas, son un libreto histórico cleptocrático, por donde se le mire; esa, es la razón de esta tragedia en vivo.

No se puede bajar el telón del escenario, la obra no tendrá fin mientras haya audiencia en la galería, la concurrencia que asiste al espectáculo, se deja engañar por la hipocresía de esas sonrisas y los aplausos de la platea, donde se apoltrona la verdadera razón, y a quienes representa. Y en esos luminosos shows de promesas que a cada instante muestran las puertas del paraíso… de esa democracia ideal, y esa ilusión de la igualdad imposible.

No todos los sistemas que se dicen democráticos tienen la honestidad para gestionar acuerdos en real beneficio de la ciudadanía; para la mayoría, lo primero, siempre, son los intereses políticos privados cocinados a media noche, y desde ahí, para abajo, las eternas mesas de diálogo ¿en busca de los acuerdos? Esa es la obra de terror, a la que se asiste “democráticamente”, y donde los asistentes pagan al contado y por obligación esa autorización legal de esa permisividad de que “ellos, los elegidos” hacen uso y abuso hasta de lo más simple como “robarse” la bencina.

¿Cuántos ladrones de las élites han pagado con cárcel sus robos al Estado? Y siguen en el poder, “raspando ollas…” y así, han desvirtualizado las virtudes, que nos dan calidad humana.

La calidad del electorado chileno es muy pobre cívicamente, los medios de comunicación manejan la ignorancia con la derecha.

Antonio S. Deza González
Director