En época de elecciones es tiempo de pensar y razonar (no perder la razón), discurrir, rebatir, rebelarse, pronunciarse, analizar, meditar, deducir, reflexionar, juzgar, comprender, proyectar, dilucidar, proponerse, discernir, haciendo uso de la capacidad de atisbar el horizonte con la lógica del bien común, no olvidando ese buen sentido que nos muestra la ruta a la verdad.
Hagamos uso de ese raciocinio natural e incuestionable con que la naturaleza dota a los humanos para subsistir, sobrevivir y protegerse de los roedores, lauchas, pericotes y de los ratones de cola larga y los de cola corta. Con inteligencia, para no llegar al lamentable instante de los “yo pensé que” y los “yo creí que”; cuando ya es demasiado tarde, cuando tenemos que volver al sendero de la realidad, cuando el eco de los discursos de los gárrulos se han disuelto en el viento.
Es época de elecciones, hay que imitar a Ulises y no perder el propio horizonte regional. Magallánicos, sostened el rumbo con la fuerza del alma. Las sirenas jamás dejarán de entonar las contagiantes melodías que les dictan esos intereses que no son los nuestros. Melodías falsas que históricamente han infectado las almas de tantas generaciones.
Ya es tiempo de pensar en la región como un todo y no sentarse a ver como se va la vida entretejida en odiosas diferencias encubiertas, entre natalinos, fueguinos y puntarenenses.
Los problemas regionales pasan en primer lugar por entender, comprender y conquistar la unidad regional para lograr hacer una sola fuerza. A Magallanes lo representa un universo electoral tan insignificante que el sistema lo considera irrelevante y de poca monta al momento de la toma de decisiones. Mientras las corrientes políticas luchan por sus intereses, son otros los que aprovechan las aguas, aunque muchas veces sucias…, igual les hacen girar los molinos. Esos, hacen harinas con rastrojos, (trigos no limpios.) Hoy, nuevamente están haciendo puerta a puerta en los cuarteles, no les bastó la triste experiencia.
Desde una de las aristas de la verdad se puede ver claramente que la derecha, todo lo quiere igual, a su pinta, y la izquierda quiere cambiarlo todo, también a su pinta; y se desangran en esa lucha partidista, y derrochan dinero en esas batallas, desenvainando egoísmos y bajos intereses, logrando nada más que la desunión regional sin ni un “poquitín” de respeto por las víctimas. Y como no son capaces de tender un puente de cordura, a la suma, perdemos todos. Es tiempo que la democracia deje de ser un buen negocio para algunos.
En consecuencia, con el derecho a sufragio, los ciudadanos tienen que hacer uso del buen criterio cívico para construir una barrera que defienda la región de esta avalancha.
La unidad regionalista magallánica verdadera no es la Celestina, ni la visten de, para cubrir en esas sucias polleras los intereses de aquellos grupillos que vociferan en su nombre para proteger los intereses de los “cualquiera”… que no son nuestros intereses, los verdaderamente regionalistas.
En esta ocasión cabe la pregunta: ¿Qué haz hecho tú por Magallanes…? (Aparte de… de… de…) Amontona a la vista tus pruebas, cuando veas tu obra en la palma de tus manos limpias, tendrás derecho a mirar de frente…, de lo contrario, guarda silencio al menos con respeto.
Magallanes, cuando la solidaridad y la unidad caminen junto a tu espíritu, los pájaros anidarán seguros en tus aleros, y los rosales propios, florecerán sin temor por tus veredas.
Magallánico: En estas elecciones, no vendas tu dignidad.
TODO POR LA AUTONOMÍA POLÍTICA DE MAGALLANES.
Antonio S. Deza González, Director