SI LAS PIEDRAS TUVIERAN RADAR…

por | Dic 31, 2009 | Editorial

Lo bueno que hace un gobierno en el día a día, casi ni se nota, la respuesta es simple: Su deber es cumplir lo prometido a los ciudadanos, y lo más importante, cumplir su deber para con la patria. Lo malo que hace un gobierno, en el día a día, se nota, porque se sufre. Y eso, duele. El engaño hiere, y el alma de la patria se triza.
Los estallidos sociales, que terminan en explosiones de violencia, tienen su origen generalmente en la imposibilidad de resistir esa impotencia que ata por generaciones a “esas manos que con la fuerza de la desesperanza intentan liberarse de la carga de los abusos, lanzando con odio esas piedras que les comprimen el alma”; que además, siempre son desviadas de su curso por los escudos, los bastones o cascos de los carabineros que “cumpliendo con su deber evitan muchas veces con su vida” que el pétreo mensaje vaya a impactar en alguna de esas cabezas de fiero a donde originalmente la frustración las envía, y que en honor a la justicia, es donde debieran llegar…
Una seria investigación popular llegó a la conclusión que determinado número de autoridades políticas y empresariales son adictas al perfume que emanan periódicamente los neumáticos quemados.
Una de las Conclusiones de este trabajo dice que la adicción a esa contagiosa fragancia habría sido adquirida durante la juventud de los adictos. Otra de las partes, disfrutan de aquella fragancia cuando sobrepasan su límite en el consumo de “inconciencia”; peligrosa droga que provoca ceguera.
En este estudio los investigadores recalcan enfáticamente: “Cuanto más alta es la fogata lograda por los traficantes de esa violencia que genera el sistema, más rápidamente logran sus objetivos. Y, es en esas ocasiones, cuando la anciana justicia parece sonreir”. Estudios anteriores ya han esclarecido que esta una ancestral forma de comunicación…, humanamente ya probada.
Dada la importancia del tema, se trabaja aceleradamente en el estudio sobre ese primitivo instinto de lanzar piedras, ya han esclarecido que también puede tener origen emocional…, que provoca la desesperanza. Algunos estudiosos en finanzas y administración pública, dicen que como las piedras se adquieren sin cancelar impuesto, sería una solución aplicarles el IVA., y permitir así, que una concesionaria española haga la distribución, a nivel nacional. Ya habría transnacionales interesadas en adquirir las bases….
Cuando los anónimos, por instantes, logran aplacar con sus medios y mostrar esa impotencia; al verse observados, entrevistados, criticados e incluso castigados, golpeados y apresados, sienten que han logrado hacer presencia enfrentando a la sorda amenaza exterior que les humilla día a día, quedando demostrado así, que sin dudas, el sistema tiene considerado que ese es el camino para destinar esas migajas, por las que los anónimos deciden, hay que luchar…
Ahí, en esos instantes se cruzan las opiniones de los doctos, quienes en graves gestos de admiración por el peligroso grado de destructividad organizada mostrado por los “anónimos” hacen conjeturas, hacen leyes en el aire, dan soluciones magistrales, fruncen ceño…, (ganan pantalla, en fin, ese es el principal el objetivo). Ahí es cuando se hacen los periodísticos esfuerzos intentando escarbar en las raíces del “problema”, para intentar encontrar esas razones (todo superficialmente, por supuesto, sin mojarse el poto). La idea, hablar arto sin decir nada…, lo que es el arte del oficio.
Quién podría tener y expresar las palabras justas para negar la magnitud del daño material que ocasionan las hordas de “anónimos” cuando expresan su descontento…, nadie en verdad.
Y cuántos responsables reconocen la propia culpa de haber abonado las causas que originan esas tragedias sociales…, nadie en verdad; ni las chuecas derechas, ni los falsos marxismos renovados, ni las critianías incrédulas, ni los ateos creyentes, ni los paganos devotos…, ni los falsos independientes, ellos están en otra…, están en la propia. Ellos son, los íconos de la arrogancia. De la histórica inconciencia, la culpa siempre ha sido del otro, de los otros, de esos; siempre enmascarando la responsabilidad detrás del contendor político, de la religión, de los medios, de la oligarquía, del anarquismo, de los agitadores, de la falta de unidad y…, hasta de Dios; en fin, donde miremos está presente ese natural instinto humano de la destructividad siempre disfrazado, concomitante con las causas de siempre, y a quien convenga la suma de esos votos, la suma de esos costos, la utilidad de la bolsa y todos los etcéteras.
Cuando a través de esas excusas se deja ver que nada de lo dicho es creíble, (no olvidemos que una verdad política, siempre, es como mínimo, un cincuenta por ciento mentiras), entonces se escuchan las roncas, pausadas y solemnes voces oficiales, que nos dicen: -Se trata del lumpen. -Se trata de desequilibrados mentales.-Se trata de desquiciados.-Se trata de resentidos. –Se trata de traficantes. (¿Se han preguntado alguna vez, quienes fueron los culpables de que en Chile se propagara esta lacra del tráfico de drogas, quienes fueron y son actualmente financistas?)
Y aún, cuando los “anónimos” griten y muestren con odio las verdades que provocan las falencias que forjan la injusticia; se insiste en responsabilizar a los otros. Y ellos, los cabezas de fierro insisten en el acomodaticio recurso de culpar por último al Estado…, como si el poder hubiese estado, y/o está en poder de extraterrestres, y azuzando a la policía se lavan las manos en lágrimas y sangre inocente y se las secan con la arrogancia tan natural en los déspotas. (Dos millones de pesos de aumento se sueldo mensual para los señores senadores, casi mil millones al año. De los vergonzosos despilfarros, este, es sólo un botón de muestra), los mismos señores y señoras del Senado de la República que en sus discursos vociferan su preocupación por los pobres… -Más policía dicen. – Más cárceles exigen. E insisten, en que no existen razones que justifiquen la violencia y las explosiones de destrucción.
Nadie es capaz de reconocer que en esta insignificante nación nuestra, dirigida y administrada y explotada por intereses foráneos, jamás podrá dar trabajo a todos…, ni las grandes economías lo han logrado, por lo que técnicamente se deja “morir” una parte de los cerebros (siempre los más pobres), para mantener estable el bajo costo de la mano de obra.
Y para solucionar ese y otros problemas estimulan y fomentan la mendicidad oficial…, que casi siempre deja el sabor de esa duda, que recolectar limosna no es un pobre negocio.
Todo lo que se diga o se haga no es más que estrategias que priorizan el capital por sobre los derechos del hombre. (En honor a la verdad, en estos años algo se ha logrado, pero no ha sido producto de la conciencia social, ha sido y será siempre pagando las costas en vidas.) Si no fuera así, los trabajadores no tendrían que andar a “piedrazos”, para obtener lo que consideran justo.
Nuestro sistema es inhumano e hipócrita, esa, es la razón de los brotes de violencia; violencia de la que “esos hipócritas” sacan un muy buen provecho.
Mi Cabo Vera: que Dios lo tenga en su Santo Reino al igual que aquellos que han dejado dolorosamente este mundo, luchando por la Justicia Social.

TODO POR LA AUTONOMÍA POLÍTICA Y ECONÓMICA DE MAGALLANES.

Antonio S. Deza González, Director