Víctor Aguilar
Profesor de Filosofía

Hoy como nunca en la historia post-Pinochet se tiene evidencia de la forma en cómo los grupos políticos gobernantes han desplegado su labor democrática. Se asoma con más fuerza la certeza que el poder logrado en las urnas, se ha manejado más como un “botín electoralista” que hay que defender de vez en cuando con una trama muy bien trabajada , que como un espacio de generación de políticas públicas que logren una mejora en las cifras de desigualdad . Esto es complejo al ser función principal de estos grupos “buscar el equilibrio entre Estado y mercado mediante un pacto fiscal con efectos redistributivos que permita garantizar umbrales mínimos de bienestar” . Se trata de un modus opernadi articulado a espaldas de la ciudadanía por el duopolio configurando “un dispositivo de poder acerado que ha vinculado de manera sistemática a los más importantes grupos económicos del país con la actividad de las principales coaliciones políticas de Chile: La Concertación, de centro-izquierda –hoy Nueva Mayoría–, y la Alianza por Chile, de centro-derecha” . Esto ha provocado que la gobernabilidad de la nación fundamente sus decisiones en los intereses de estos grupos económicos, alejándolas por consecuencia de la inclinación inmoral de la balanza, de la mayoría de la ciudadanía sin desarrollar políticas públicas pensadas, diseñadas y ejecutadas para la mejora de las condiciones de existencia. Porque en esa tranza se privatizó la salud, la educación, el mar y otras cosa vitales más.
Este forma de utilizar el poder ha generado una crisis profunda en la intervención social que no logra mejorar las condiciones de existencia, profundizando el daño a través de un juego macabro de mantención de las desigualdades como el arma más eficiente de dominación social, con Estado asistencialista desplegado territorialmente que crea la realidad de intervención pero no logra generar el impacto deseado.
Este modelo llega a su absurdo cuando ya constatamos que es este mismo grupo político (duopolio) el que presenta la mayoría de los candidatos que serán electos en las próximas Municipales y que estarán condicionados a seguir reproduciendo y manteniendo, siendo la base para las futuras elecciones.

Y así va la cuestión social. Algunos elementos para delimitar más la situación:

1.- La corrupción post dictadura y su legalización en los aportes reservados:
¿Somos entonces gobernados en democracia por una clase política corrupta? Esta respuesta trae detrás la constatación de la importancia de verificar si quienes diseñan, proponen y ejecutan las políticas públicas (que al fin y al cabo son políticas financieras) lo hacen pensado en el uso correcto y ético de los recursos o en el negocio que los enriquece.
El Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Chile ha tipificado fichas con los algunos actos de corrupción donde encontramos por ejemplo el Caso Aulas Tecnológicas, donde el principal acusado fue el entonces ministro de educación Ricardo Lagos, Caso Banco Central- Inverlink, donde se detectan conductas reprochables, cohecho y violación al secreto público,Caso cancillería, el caso sólo salió a la luz a través de EL Mostrador, Caso Chile Deporte, vinculado a los casos Publicam/Servel, Caso coimas, vinculado al caso MOP-GATE. Acusados varios Diputados,Caso empresa de Ferrocarriles de Chile, Caso Frambuesa, investigando a un Subsecretario,ETC…
32 casos tipificados hasta el año 2008 . A esta lista habría que agregarle dos elementos que aportan sin duda a la reflexión inicial:
– Aportes reservados: Una extraña legalización de los aportes de privados a la política que a través de un depósito en el Servel, impide a los chilenos saber desde dónde vienen dichos aportes, obviamente dirigidos a nuestros Congresistas. Dice la ley de aportes reservados que la identificación de quién deposita también es un misterio para quienes lo reciben. De esta forma podemos dar cuenta en Chile de una casta de empresarios que dona a la política de forma filantrópica, sin esperar algo a cambio. Por lo bajo es muy raro (sin ningún criterio científico ni evidencias, sólo por el uso mediano del sentido común). Aclarar estas donaciones permitirá sacar conclusiones claras al momento de saber quién dona, a quién dona y como vota ese congresista en asuntos que le competen al donante. Los aportes reservados cruzan a toda la clase política con donaciones que van desde los casi 600 millones de pesos para un solo Parlamentario. En la región la senadora Goic presenta un aporte por 66 millones de pesos y el Diputado Morano con 19.
Platón en “Las Leyes” advertía que los servidores públicos debían cumplir su rol sin obtener presentes, formar nuestro criterio y luego atenernos a él no es cosa fácil, decía, pero afirmaba que era el camino más seguro para seguir por un hombre para ofrecer leal obediencia a lo que la ley ordena, y terminaba afirmando: “No hagas ningún servicio por un presente”.
– 2015 el año en que se devela la corrupción: El último dato quizá el más contundente es el surgimiento de todas las aristas del denominado caso PENTA, donde terminamos de darnos cuenta que la gobernabilidad es un pacto que corre a espalda de los chilenos entre los partidos del duopolio y una casta restringida de empresarios, ligados en algunos casos a la familia de Pinochet. Se trata de un tema que recién se conoce, actualmente mantiene en trámite judicial a varios personeros políticos, desde jefes de campaña hasta candidatos presidenciales y ex presidentes.
Los datos nos demuestran que habitamos en una democracia raptada, por tanto las intenciones políticas para asumir en el poder quedan definidas por el enriquecimiento personal. Este fenómeno nacional develado ya viene sucediendo en el mundo, particularmente en Europa que en sus grados más extremos ha sido considerado como cleptocracia, un concepto de uso reciente que es ocupado para definir los actos de corrupción examinando la relación que existe entre la política y la económica. El economista Italiano Giulio Sappeli en 1994, y partiendo de la experiencia italiana, definió la cleptocracia como el “mecanismo único de la corrupción entre Economía y Política” evento que los griegos también tienen como causa de su bancarrota. En su definición esencial, y aplicando esta definición a lo que sucede en nuestra región, la cleptocracia:
– No es definida como un acto de corrupción individual, sino como un engranaje sistemático de corrupción una especie de “ingeniería” que no sólo articula el robo al Estado, sino que también refleja a un Estado que roba.
– Luego el Estado está corrompido. (Sólo así se entiende la entrega del mar a las familias más ricas de Chile (entre otras votaciones legislativas perjudiciales para la mayoría de los chilenos) o el fortalecimiento legislativo del oscurantismo de los aportes reservados).
– Esta Ingeniería afecta directamente en el diseño e implementación de políticas públicas (políticas financieras).
En nuestro sistema público esta incipiente cleptocracia se da con otros componentes que la definen. Como por ejemplo el nepotismo, realidad evidenciada en un sinnúmero de ocasiones donde vemos como funcionarios públicos colocan a sus familiares amigos y miembros del partido en otros cargos públicos y funciones. Este acto provoca que los cargos definidos por diseño estructural están ocupados por personas elegidas por un criterio distinto al de las competencias del cargo, trayendo consigo la implementación de un diseño con a veces nulo conocimiento en la materia. Se complejiza el hecho cuando estas carteras presentan temas esenciales de la vida cotidiana como la seguridad pública o el desarrollo social. Un Nepotismo derivado genera movilidad de estos agentes entre carteras de diversos temas y en forma permanente, entonces un profesor puede ser gobernador, luego seremi de energía y director del SENAME también al final de su carrera política.
Con un modelo planteado en estos términos la ciudadanía organizada queda asfixiada y precarizada en su desarrollo. Recién el 2011 se crea la ley de fortalecimiento o ley 20.500 con una incipiente implementación hasta el día de hoy y con la definición de consultivo para los consejos de la sociedad civil que propone como elemento de participación ciudadanía. Por tanto cualquier esfuerzo que pueda hacer la ciudadanía organizada como ortopedia al abandono estatal en varias materias sociales, es periférico y precario, sometido a un continuo sistema de concursabilidad que no tiene que ver con la potencia de la idea planteada ni con los tiempos de ejecución permitido. Todos los actos determinados como participación ciudadana no alcanzan a transformarse en procesos.
Graficando estas eventualidades desarrollo un dato cercano que demuestra lo planteado: en la región de Magallanes no existe un plan de seguridad pública, tampoco en la Municipalidad. El SENAME no desarrolla estructuralmente en la comuna prevención, se privilegia ante todo un proceso de contención de niños y jóvenes antisociales con escasos logros de rehabilitación. Con el voluntariado, los organismos territoriales y funcionales empobrecidos y sin injerencia profunda en las dinámicas sociales, el problema de la seguridad pública se va generando azarosamente a cada momento. Provocando que los actos delictuales y antisociales no puedan ser ni prevenidos ni evitados.
El diseño público no impacta en lo que pretende intervenir.
Papel de la sociedad civil
El derrocamiento de Pinochet hizo necesario por parte de las bases organizadas generar un nuevo discurso político que siempre evidenció en su formulación que el estado de gobernabilidad iba a ser alcanzado en un futuro próximo y fue generado desde las cabezas de la masa organizada definido bajo el concepto de movimiento, un ir hacia, en este caso hacia un Estado democrático.
La llegada de la democracia modifica completamente la estructura, las situaciones políticas cambian, el modelo mental se renueva, y en ese movimiento la sociedad civil que disminuida en sus posibilidades de injerencia, aparece como menos organizada, desarticulada en comparación con el proceso de fortalecimiento de los partidos políticos, detonando que desde ese momento adquiera sólo un carácter de representación implícita en la voluntades de la clase política partidista. Los esfuerzo venideros de configuración del discurso será hegemónico repartido en el duopolio concertación (nueva mayoría después)- alianza, controladores de la coherencia del nuevo discurso, mientras tanto “las fuerzas sociales son excluidas de la transición por un pacto elitario de algunos de los partidos políticos opositores con el pinochetismo que, en definitiva, marca los venideros gobiernos de la Concertación. Se reitera así, ante las demandas sociales, a inicio de la etapa democrática, la necesidad de preservar el crecimiento económico y la estabilidad política de la propia transición.” Este hecho determina que el incipiente sistema político que se reinaugura busca sus fuentes aliadas lejos de entidades no empresariales alejando el contenido de la Ideología imperante de las reivindicaciones sociales postergadas por la dictadura. Los componentes de este nuevo pacto determinan una definición de sociedad que no coincide con la pancarta levantada para llegar al poder entre todos, se trata más bien de una noción de sociedad donde el Estado no se hace cargo de todas las esferas de desarrollo social, por el contrario, se trata de una continuidad de la desarticulación dictatorial hasta legitimar la política económica neoliberal durante el gobierno de Aylwin. Al mismo tiempo que se profundizaba y enquistaban estos procesos, el rol del ciudadano se veía debilitado, de hecho recién el 2011 se promulga como lo hemos explicado un ley ciudadana de participación de muy bajo alcance y casi inactiva.

De ahí que la transición a la democracia nunca llegó.
Y así sin más se nos devela una verdad subyacente que se intuía pero no se había podido generar como una representación mental fundante de una forma de hacer las cosas, de hacer mal las cosas, de hacerlo con corrupción , que nos lleva directamente a una dimensión moral, hacia una revalorización de una salida ética.

Frente a tanta evidencia que emerge no podemos seguir siendo los mismos, las nuevas representaciones aún en formación generarán cambios profundos desde nuestras estructuras del habla hasta las nuevas estructurales sociales que debemos sintetizar en un nuevo concepto de sociedad.: Uno incluyente, resultado de un proceso dialógico y comunicativo, sin el duopolio como hegemonía, sino común un actor más que actúa según la voluntad ciudadana que debe volver a ser soberana.

El Fortín del Estrecho