“Nada como el olor a un libro, mejor si es viejo, entrega esa libertad de abrirlo y cerrarlo cuando se quiera y marcarlo y hasta escribir encima; leerlo más de una vez y por último, dejar de leerlo…” parecía decir algo así Pierre Jacomet. El libro de papel, los lectores tradicionales no lo cambian por nada aunque se le parezca. Pero, pareciera que este sentimiento está quedando atrás con el nacimiento del e-books o el iPad.
Pronto, esta fiebre atacará en nuestro medio, pero debemos aceptarlo por el bien de la cultura. Sin dudas, para los viejos, no será lo mismo; pero la regla no pierde validez: “dime qué lees y te diré que piensas…”