Testigos de Cristo
5 30.- No puedo yo hacer nada por mi mismo; según oigo así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre. 31.- Si yo soy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. 32.- Otro es el que da testimonio acerca de mí, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero. 33.- Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, el dio testimonio de la verdad. 34.- Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos. 35.- El era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz. 36.- Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado. 37.- También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, no habéis visto su aspecto, 38.- ni tenéis su palabra morando entre vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis. 39.- Escudriñad las escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que mas dan testimonio de mí; 40.- y no queréis venir a mí para que tengáis vida. 41.- Gloria de los hombres no recibo. 42.- Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros. 43.- Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis. 44.- ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único? 45.- No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. 46.- Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. 47.- Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?
Alimentación de los cinco mil
(Mt. 14. 13-21; Mr. 6. 30-44; Lc. 9. 10-17)
Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. 2.- Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. 3.- Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos. 4.- Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos. 5.- Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? 6.- Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había que hacer. 7.- Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco. 8.- Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: 9.- Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? 10.- Entonces Jesús dijo: Haced recostar a la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones. 11.- Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían. 12.- Y cuando se hubieron saciado, dijo a sus discípulos: Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada. 13.- Recogieron pues, y llenaron doce cestas de pedazos que de los cinco mil panes de cebada sobraron a los que habían comido. 14.- Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo. 15.- Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.
Jesús anda sobre el mar
(Mt. 14. 22-27; Mr. 6. 45-52)
16.- Al anochecer, descendieron sus discípulos al mar, 17.- y entrando en una barca, iban cruzando en el mar hacia Capernaum. Estaba ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos. 18.- Y se levantaba el mar con un gran viento que soplaba. 19.- Cuando habían remado como veinticinco o treinta estadios, vieron a Jesús que andaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y tuvieron miedo. 20.- Mas él les dijo: Yo soy; no temáis. 21.- Ellos entonces con gusto le recibieron en la barca, la cual llegó en seguida a la tierra don iban.
La gente busca a Jesús
22.- El día siguiente, la gente que estaba al otro lado del mar vio que no había habido allí más que una sola barca, y que Jesús no había entrado en ella con sus discípulos, sino que éstos se habían ido solos. 23.- Pero otras barcas habían arribado de Tiberias junto al lugar donde habían comido el pan después de haber dado gracias el Señor. 24.- Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a capernaum, buscando a Jesús.