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21.- Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía de entre nosotros, 22.- comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección. 23.- Y señalaron a dos: a José, llamado Barrabás, que tenía por sobre nombre Justo, y a Matías. 24.- Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido, 25.- para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar. 26.- Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.
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La venida del Espíritu Santo
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimemente juntos. 2.- Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3.- y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4.- Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. 5.- Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. 6.- Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. 7.- Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? 8.- ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? 9.- Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, 10.- en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, 11.- cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. 12.- Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? 13.- Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto.
Primer discurso de Pedro
14.- Entonces Pedro, poniéndose de pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. 15.- Porque estos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora del tercer día. 16.- Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
17.- Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones,
Y vuestros ancianos soñarán sueños;
18.- de cierto sobre mis ciervos y
sobre mis ciervas en aquellos días
Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.
19.- Y daré prodigios arriba en el cielo,
Y señales abajo en la tierra,
Sangre y fuego y vapor de humo;
20.- El sol se convertirá en tinieblas,
Y la luna en sangre,
Antes de que venga el día del Señor,
Grande y manifiesto;
21.- Y todo aquel que invocare el
nombre del Señor será salvo.