SI ENTRAS EN LA HISTORIA SERÁS PRESO DE ESAS VERDADES QUE TE ENCADENARÁN A LA JUSTICIA, ÉSA…, QUE TE HARÁ DIGNAMENTE LIBRE.

Enfrentados a la realidad que nos enceguece e imposibilitándonos de atisbar el horizonte, enfrentamos la supervivencia con casi irresponsabilidad infantil, hipnotizados por las fantasías de alegres y luminosos colores de sonrientes promesas y ofertas, muy difícil de rechazar. En este ambiente, despertamos a veces por el acompasado ritmo de los piqueteros rajando los parches de bombos y cajas, seguidos por los tantos, pero no todos los que se han libera- do del capirote y enfrentando la poderosa luz de la realidad intentan revivir ese valor de la dignidad que denominamos justicia social; justicia social, que el sistema ha tergiversa- do con dádivas disfrazadas, calmantes convertidos en derechos.

Este preámbulo, a lo mejor innecesario, pero emocionalmente justificable a raíz del tema que abordaremos como necesario para volver a intentar partir con una base que permita hacer las comparaciones que justifiquen la reacción de la forma, para enfrentar la realidad actual y no dejarse llevar por esa manipulada corriente que mueve a la masa.

¿Qué es nuestra nación?
¿Qué son los de a pie en esta nación?

Se empieza con la conquista española, y todo lo que se nos ha enseñado y se nos en- seña, es que la herencia colonizantees “casi fue y es una

bendición”. Jamás se nos ha mostrado las vejaciones atroces que fue víctima el pueblo mapuche, a quienes quema- ron vivos (eso se repitió durante la dictadura no sólo a mapuches), a muchos se les hizo asesinar por perros. El contagio de las enfermedades al margen, puede considerarse como un accidente… El héroe que monta el corcel de bronce frente al municipio de Santiago, no mandó matar a cuatrocientos, sino, mandó mutilar a cuatrocientos mapuches cortándoles la mano derecha, los pies, las narices. Y para distraerse, la soldadesca usaba mujeres y niños como cebos para ser cazados por sus perros haciendo apuestas en dinero y oro; y todo, por no aceptar el sometimiento a la corona católica. (Ver José Bengoa: Conquista y Barbarie; entre otros. Brian Loveman; Humberto Muñoz; Álvaro Jara; Sonia Muñoz: Madres y Guachos). Estas son nuestras raíces culturales. Lo demás es poesía, literatura manipulado- ra, discurso hipócrita, explotación y sometimientos político- económicos. Se lo robaron todo, y hoy nuestro país, sigue siendo robado, especulado y abusado, con la complicidad de los criollos testas di ferro, integrantes miembros de la alta aristocracia (y se dicen chilenos). Hay que cambiar el medidor, hay que cotizar en las AFP, hay que expropiar el agua, y entre etcétera y etcétera, la nación chilena perdió

su capacidad productiva convirtiéndose en un ente consumidor…“he ahí, destapa la felicidad… y consume esa bebida”; ¿no éramos los tigres de Latinoamérica?
Y así, pasaban los años delante de la historia real y llegamos a 1938, en el gobierno de Alessandri Palma, el mago de las finanzas y candidato a la presidencia de derecha Gustavo Ross Santa María, clasista y racista feroz, trataba al trabajador chileno como incapaz de hacer uso de un digno salario más elevado, ya que sólo para vivir le bastaban sus cuotas de alcohol. El encargado de la campaña de Ross, Ladislao Errázuriz, decía: “el proletariado puede devorar a su propia prole cuan- do está enceguecido de furia”; y la social democracia jamás se ha caracterizado por la al- tura de elevación de su espíritu. (Todo entremezclado con la arrogancia de la oligarquía, la misma de hoy). Mientras tanto el intendente de esa época, allá por los años 1927 Alberto Mackenna Subercaseaux, hablaba de fundar el futuro de Chile inyectando en su organismo sangre de razas supriores; esto y otros parecidos publicaba el Mercurio de esa época, como el de revertir el color de la piel a un africano con un tratamiento del Dr. Smol. La Revista Católica de línea ultra conservadora, publicaba en 1936, resumen: “Todo el mundo sabe que bajo secretos juramentos los

judíos, dirigen sus actividades políticas-económicas, para alcanzar el dominio sobre todos los países….” Lo mismo es la aspiración del marxismo y del capitalismo. En Chile, también había du- ras expresiones antisemitas. En esos trágicos días, El Mercurio publicaba en 1938 “El Estado alemán tiene el derecho de proceder dentro de su territorio a gobernarse como mejor le acomode…, reconociendo el derecho a deportar ciudadanos. (¿Y hoy qué leemos en el Mer- curio?): “Pasaremos por alto el falso plebiscito en Tacna y Arica 1883”.
Pero si el lector se interesa puede ir a: Días oscuros en Chile, relato de la Revolución de 1891; Manuel Rivas Vicuña, Historia política y parlamentaria de Chile.
Uno de los más grandes obstáculos en el desarrollo social de Chile ha sido la falta de convivencia real en las clases medias con los sectores de la base del pueblo…, la distancia ha sido realmente profunda, distancia que se desarrolló por estímulos chovinistas-político-militar-económico-racial- comunicacional-religioso, los mayores generadores de esa xenomanía que padecemos como sociedad. El problema, como se puede comprobar, subsiste hasta hoy. Ese, es el gran problema. Ser ciudadano, es ser consciente de lo que eso significa

ADEGON

El Fortín del Estrecho