Nació en Valparaíso, el 2 de mayo de 1848. Hijo de Francisco Orrego Garmendia y de doña Mercedes Luco y León de la Barra.
Augusto Orrego Luco fue un destacado médico chileno y uno de los más brillantes escritores y periodistas del siglo XX. Su pasión por las letras la traía en su sangre por parte de su madre. De niño tuvo gran cercanía con quien fuera uno de los formadores y creadores de nuestra literatura don José Victorino Lastarria. Augusto Orrego recibió sus primeras letras en una humilde escuela en el Cerro Almendral que regentaba una maestra de nacionalidad inglesa, aulas en las que aprendió a conocer Shakespeare antes que su lengua natal. Desde ese colegio pasa a continuar con su vida a bordo de un barco que hacía la carrera hacia el Perú acompañando a su padre. En 1857 regresa a Chile e ingresa al prestigioso colegio Linacre y Mathews donde permanece hasta 1861 y luego pasa a continuar sus estudios en el Instituto Nacional, donde junto a Luis Montt dan vida a un semanario de circulación escolar, páginas en las que Orrego inicia su carrera literaria.
Motivado por el medio ingresa a la Escuela de Derecho de la U. de Chile, pero al correr del primer año decide drásticamente seguir la carrera de medicina. Como su padre era un hombre acaudalado envía a Augusto a Europa a cumplir el sueño de ser médico. Pero un revés económico de su familia le obliga a regresar al país antes de llegar al objetivo. Para financiar sus estudios ejerce de periodista en el diario La Patria de Valparaíso y colabora como miembro activo de la Academia de Bellas Artes; corría el año 1870 y comienza a publicar en el influyente diario capitalino El Ferrocarril.
El año 1871 obtiene la ayudantía de la cátedra de anatomía, un año más tarde 1872 trabaja combatiendo la epidemia de viruela que azota violenta mente a la capital chilena. Toda esa entrega desinteresada es reconocida por el Estado al otorgarle una medalla de oro por servicios distinguidos.
No deja las letras, y ese año 1872 junto con su amigo Fanor Velasco funda La Revista de Santiago don de publica artículos como La juventud de Lord Byron o, la Vida de cristiana de Bilbao.
Antes de recibir su título de médico es nombrado médico de la Casa de Orates, y en 1874 recibe su título después de aprobar una interesante memoria sobre “alucinaciones Mentales”, publicada en la Revista Médica de la época. Este cargo lo desempeñó hasta el año 1890.
En le año 1875 publica Los asilos de enajenados; en 1876 Los enterrados vivos; en 1877 Una teoría nueva sobre las funciones cerebrales y en 1879 Circunvalaciones cerebrales. Este último resultó ser un adelantado estudio precursor de otros europeos  que se llenaron de fama y que deben y no reconocieron la fuente vertida por el Dr. Augusto Orrego.
Otra de sus clásicas obras es su discurso sobre: Historia del desarrollo de la Ciencias Médicas en Chile.
Para el año 1888 escribía en el Mercurio  y La Patria de Valparaíso y desde 1890 fue redactor titular de La Época, de donde lanzó duros ataques contra Balmaceda, lo que le signficó su exoneración de la Cátedra de Anatomía, además de sufrir persecución por los servicios represivos del Estado. Luego de la revolución es nombrado Director de la escuela de Medicina. Hoy que tanto se habla del tema, este médico jamás LUCRÓ con los enfermos: Los pobres que el ayudó le apodaron cariñosamente El Brujo de la Cañadilla. También ejerció honestamente cargos políticos de gobierno. En 1911 viajó a Europa donde dictó conferencias en Alemania y Francia países donde la conocido por sus colaboraciones en prestigiosos medios como: Journal  e Icnographia.
Y no dejaba la literatura. Integró la Academia de la Lengua en reemplazo de Ramón Sotomayor Valdés. Otras obras de su autoría son: Retratos, Recuerdos de la Escuela; Notas de viajes; y La Patria Vieja. Respetuoso, culto, honesto, valiente, honrado, consecuente; virtudes que hoy, cuesta tanto encontrar en nuestras autoridades… Don Augusto Orrego Luco  dejó de existir en Valparaíso, el 26 de agosto de 1933.                 

El Fortín del Estrecho