Mi abuela es pequeña y distante,
llena de asuntos lejanos.
Situada al fin de muchos años
en el comienzo de mi padre.
Es pequeña como una aldea,
y desde ella mi padre un día
salió con su atado de música
a andar por la vida del mundo.
Mi padre fué de pueblo en pueblo,
fué por las ciudades, buscándome,
hasta divisarme escondido
bajos los ojos de mi madre.
Al fondo de sus ojos claros
estaba yo, como un guijarro.
Y mi padre, con el más tierno
de los esfuerzos de su vida,
me sacó a sufrir y a jugar
con los otros niños del mundo.
Y un día mi padre partió
hacia la tierra del silencio.
Llevaba los ojos cerrados
y en las manos un frío intenso.
Y la abuela ha permanecido
como una cosa de otra vida.
Pequeña aldea que visito
para soñar frente a sus ruinas.
Pequeña aldea del recuerdo,
donde reviven cosas muertas.
Yo soy mi padre para ella,
mi padre que ha dado una vuelta.
Julio Barrenechea Chileno 1910