Una vez listo el conejo, o sea limpio, fríelo en una cacerola en suficiente mantequilla a fuego muy vivo, y cuando caches que se está dorando mándale unas cuatro a seis cebollas picadas muy finas, tres cucharadas de harina cruda y una taza de un buen caldo “que puede ser de cubitos”, un cuarto de taza de cognac y un buen poco de perejil; sal y pimienta a tu gusto, y déjalo que se cocine a fuego mediano. Mas o menos unos 15 minutos antes de servir agrégale unos cuatro dientes de ajo bien machacados. Y, si se te antojo, mándale otro poco de cognac. Si encuentras que te quedó bien, te felicito por que no sé si la traducción fue correcta. El asunto que esta receta sirve también para preparar un buen pollo. Lo que no sé, es porqué, no le ponen arvejitas y zanahorias.
Resumen del Director

El Fortín del Estrecho