En primer lugar, es necesario definir lo que es el estrés (stress) o estado tensional: es esa sensación de agotamiento que cierra o limita la capacidad de desempeñarse en las actividades cotidianas. Este mal, se genera por un nivel de demandas demasiado altas del medio circundante.
Frente a estas excesivas exigencias, se llega al momento que se siente la incapacidad de responder y de lograr objetivos habituales, llegando a estados de agotamiento y cansancio imposibles de superar, en el caso de los adultos.
Esta situación se presenta también en los niños que sean sometidos a situaciones extremas. Dejando a la vista estos síntomas característicos:
1.- Dolor de cabeza.
2.- Problemas digestivos frecuentes.
3.- Sensación de cansancio permanente.
4.-Alteraciones del sueño, ya sea excesivo o insomnio.
5.-Falta o exceso de apetito.
6.- Fallas de concentración u olvidos que antes no se habían presentado.
7.-Demostraciones de irritabilidad e intranquilidad.
8.- Demostraciones de incapacidad frente a cualquier tarea por simple que sea.
Si usted detecta estos síntomas de cambio de conducta en cualquiera de sus hijos que dejen a la vista estos síntomas debe con urgencia consultar un especialista.
Tenga en consideración prevenir. Mantenga un nivel de exigencia acorde a la edad, en las tareas escolares, extra programáticas y familiares. No exagere estimulado en sobre medida el desarrollo de su hijo e hija, para no llegar a la sobrecarga.
El ser humano necesita tiempos de recreación y tiempos de ocio, que también son muy importantes para un desarrollo armónico.

El Fortín del Estrecho