Dra. RACHAEL ROSS
De Women’s Health
Vicente Gómez Cabrera (15 años, al 2013), era un adolescente muy responsable, cariñoso, independiente y divertido. El incentivo que le inyectó su madre Lorena, para que practicara deporte y se relacionara constantemente con sus primos le permitió estar lejos de ser egocéntrico y tímido, sino todo lo contrario aprendió a ser sociable, solidario y el egoísmo no se anidó en su ADN, a la inversa destacó como líder positivo en los círculos donde se movía.
Y es que como tantos hijos únicos de padres que trabajan, asistió a salas cuna, jardín infantil y luego en la edad escolar participó con entusiasmo en diferentes actividades, “-siempre pensé que tendría más de un hijo. Admiraba las familias numerosas y como yo fui “conchito”. Admiraba las familias numerosas. Las cosas no se dieron así, por eso Vicente tuvo toda la atención de mi parte, pero también delimitando reglas claras. Nunca tuve temor, ya que en estos tiempo, pensé que ser hijo único es más una ventaja que un “karma”, como comúnmente se pensaba antes”, nos dijo Lorena.
Coincide Mauricio Castro: “desde pequeño Sebastián de (13 años, al 2013) pasaba harto solo, ya que su madre y yo trabajábamos. Así aprendió a invertir su tiempo. Nunca dijo que estaba aburrido, fue como hasta ahora altamente creativo, dibujaba cómic y estudiaba por iniciativa propia”.
ÚNICO Y FELIZ
Tener un solo hijo, dejó de ser un caso aislado para convertirse en un fenómeno demográfico que se impone a pasos agigantados. Es un indicio de un cambio social significativo que ocurre por la reducción de la tasa de fecundidad o el número de hijos por mujer. Esta cifra alcanzaba en los ‘60 a 4,5 hijos, en los ’90 se minimizó a 2.8 y en la actualidad alcanza a 1,4, según los Censos al año 2013.
Esto lleva a Chile a estar por debajo del promedio de América Latina que es de 2,8 (al 2013) y en EE.UU. al 2,1; e incluso bajo el promedio de la Unión Europea del 1,5, aunque a la par de países como Japón y Singapur que asciende a 1,4. En ciudades como Nueva York, el 40 por ciento de los residentes en parejas sólo tiene un hijo. En España, también coincide con el índice norteamericano. En Alemania y Austria, se estima que la próxima generación será la primera en la historia donde lo común será tener sólo un hijo.
De ahí que el aumento de los hijos únicos está derribando varias creencias. En la percepción popular, eran vistos como niños tiranos, caprichosos, egoístas y consentidos por sus padres. Además, se suponía que no sabrían ponerse en el lugar del otro cuando fueran grandes. Pero, a juicio de los especialistas, el modelo de vida actual y ciertos estilos de crianza favorecen a que ellos no sean distintos a los que tienen hermanos.
En una entrevista a la Revista Rolling Stone, la actriz Natalie Portman, dijo: “jamás habría sido actriz si no hubiese sido hija única, mis padres nunca me habrían permitido ser la estrella de la familia a costa de restarle atención a otro hijo”, refiriéndose las ventajas de haberse criado sin hermanos.
El Periódico Inglés The Guardian, publicó en 2011 los resultados de una investigación sobre la vida familiar realizada en 40 mil hogares británicos, revelando que mientras menos hermanos tiene un chico, más feliz se siente. Y es que el “bullyng” entre ellos no es menor, alcanza al 31 por ciento de los niños estudiados, quienes confesaron haber sido golpeados, empujados o lastimados por su hermano. También se quejaban porque les quitaban las cosas o los apodaban con nombres ridículos para menospreciarlos.
Estos resultados se basaron en encuestas a 2.500 niños y jóvenes, los cuales fueron analiados por Gundi Knies del Institute for Social and Economic Research de la Universidad de Essex. Del análisis se desprende que factores como la competencia por la atención de los padres o el hecho de que los juguetes, dulces y espacios sean compartidos de opción al desarrollo de conflictos.
PROS Y CONTRAS
DE SER EL REY
Son varias las ventajas de ser el “regalón” según indicó la sicopedagoga de la Clínica Santa María, Bretta Palma, “los padres pueden dedicarles más tiempo y recursos. Asimismo, disminuyen los conflictos de relación, ya que no existen conflictos por el espacio o la atención de los padres. El niño se siente muy amado y con una carga menor de ansiedad. Esto lo hace ser muy seguro de sí mismo y con una autoestima alta. También desarrolla mucho su imaginación, aprende a entretenerse solo y favorece su afición por la lectura”.
Sin embargo, la ausencia de hermanos resta oportunidades de experimentar discusiones, peleas o situaciones que son propias de la convivencia entre pares, por ello es recomendable que el hijo único se escolarice a los 3 años, “es fácil darse cuenta de si el chico presenta cierta inmadurez emocional, ya que prefiere la compañía de los adultos o de niños mayores o menores que él, pero no de su misma edad. Por ejemplo si prefiere jugar con sus padres en vez de hacerlo con otros pequeños en una plaza es un signo de alerta. Por lo tanto se debe estimular para que tenga la posibilidad de ir aprendiendo a socializar y compartir”, es lo que aconseja la sicopedagoga.
Cuando hay un buen apego, agrega, el niño se siente seguro y protegido, lo que fortalece la base para que tenga independencia y se sienta cómodo cuando no está con sus padres. Esto es un punto a favor que permite el buen vínculo con sus profesores que son adultos. “El apego mal realizado genera ansiedad en el niño, pues cuando no está con sus padres, con seguridad puede llegar a tener algunas dificultades con sus profesores, ya que en ellos, ve la imagen de su papá o su mamá”.
Jessica Piña, sicóloga de la Clínica Vespucio, indicó, que como el resto de los pequeños, ese niño hijo único, como no tiene hermanos necesita regla, amor, contención y roles de padre y madre definidos. “Es necesario que ellos tengan más conciencia de no volverse permisivos y consentidores, ni menos compensar ausencias con regalos”. La especialista complementa que en estos tiempos los infantes tienen tantas actividades extra programáticas y talleres, que es poco el tiempo que pasan en casa, por lo que la vida familiar es cada vez menor. Por eso, como padres no es conveniente delegar la crianza en el profesor, porque la atención y la dedicación de los progenitores son vitales para tener una mirada amplia del mundo y para comprender lo que le sucede a los demás. Por su parte, los maestros tienen que entregar su cuidado a muchos alumnos, por lo que tiempo para profundizar en valores y normas de conducta, no les queda”.
Explica también que un padre o madre que quiere ser amigo de su hijo, genera dificultades en muchos aspectos, por lo que aconseja poner reglas, definir roles, ser en definitiva una autoridad que guía y acompaña.
RAZONES DE LA BAJA
EN EL INTERÉS DE TENER
MÁS DE UN HIJO…
Resultado de algunas respuestas en la Encuesta Bicentenario de 2009, reveló que existe una brecha entre la fecundidad deseada y la real; vale decir, las mujeres quisieran tener más hijos de los que en verdad tienen. Las razones económicas aparecen como las más gravitantes a la hora de decidir “cerrar la fábrica”
El 57% de los sectores medio y bajo la opinión fue que tenerlos hacía más difícil que la mujer trabaje.
40% el estrato alto emitió la misma opinión.
53% el estrato más pobre opinó “los niños son difíciles de mantener”.
41% el estrato alto, opinó lo mismo.
El costo de la educación fue también uno de los factores relevantes en la decisión de no aumentar la familia…
79% de las mujeres y el 75% de los hombres dijeron preferir tener menos hijos para poder ingresarlos en buenos colegios…
He aquí otra de las razones de la gratuidad en la educación de calidad.