He aquí una recomendación para usar los restos de pescado, esta es una receta sencilla y muy económica acorde con los tiempos que vivimos.
Pone a cocer un puñado de arroz en leche condimentada con un pichintun de sal. Cuando el arroz esté cocido y haya absorbido la leche, añádele la carne del pescado y una cucharada sopera de mantequilla y tres yemas crudas de huevo. Demás está decirte que el pescado debió haber sido preparado o sea sin piel, sin espinas y picadito en cubitos chicos.
Todo esto mezclado se revuelve con mucho cuidado, para que el arroz no se deshaga ni se convierta en puré. Hecho así, déjale enfriar, y una vez frío, arma pequeñas porciones y revuélcales en harina, luego pásales por huevo batido y revuélveles con pan rayado o migas de pan desmenuzado y fríeles en aceite (chileno) que esté bien caliente. (Si prefieres usa manteca).
Cuantas buenas recetas existen para preparar pescado, y pensar que nosotros solamente vemos como se llevan este recurso a otros naciones, pero cuando decidimos consumirle nos enfrentamos a la fría realidad del precio…, privativo para el salario común. Y, es nuestro recurso, parte de la reserva alimenticia que nuestra madre naturaleza nos ha dado. Es tiempo de pensar, que se debe legislar sobre lo que la población tiene derecho al consumo preferencial. Todos sabemos los sibilinos entuertos que se tejen con el recurso de nuestro mar, es absurdo que un trozo de pescado congelado, añejo, cueste más caro en relación a la carne de vacuno. Es tiempo que las autoridades pongan ojo en el tema, de lo contrario llegará el día que no haya más recurso y no habremos aprendido a comer pescado frito: Los industriales pesqueros deben dejar por ley y dignidad cuotas para el consumo regional a precio lógico, si somos los dueños del mar y sus recursos. No basta con el discurso del 21 de Mayo.