Una autoedición del piloto Jorge Pantaleón Verdugo Palacios, es este libro dedicado a su padre piloto formador de muchos navegantes del aire, Jorge “profe” Verdugo Correa.
La obra escrita para el autor por el periodista Federico Gana Johnson, cuyos textos han sido usados por Raúl Ruiz en dos películas, alude en varios pasajes la historia aeronáutica comercial que conectó las vidas de los dos pilotos con Magallanes.
Se lee, que en1946 el “profe” unió Santiago con Punta Arenas en un vuelo directo en DC3 de la Douglas, en siete horas
LÍOS EN CASA
DE ALTA TOLERANCIA
Lejos de ser un texto plano y reverente en extremo, incluye sabrosas anécdotas: “En 1947 Gabriel González Videla lanza la operación Antártica con la Fuerza Aérea, el Ejército y la Marina. El Comodoro Federico Guesalaga al mando de la fragata “Iquique” desembarcó en la isla Greenwich que luego seria la base Naval Arturo Prat. A bordo del transporte Angamos se trasladó el helicóptero Vought Sikorski cuya misión fue sobrevolar la Antártica por primera vez. El teniente Arturo Parodi tomó el comando de la nave durante media hora, convirtiéndose de esta manera en el prime piloto en sobrevolar la Antártica.
Luego de 40 días operando en el Polo Sur el Comodoro Guesalaga desembarca en Punta Arenas el 26 de marzo de 1947 y fue recibido como héroe en el puerto. Tras la ceremonia, se fueron a la casa de alta tolerancia, donde la Lucy.
Cuenta Verdugo: “Al llegar al lugar, el Comodoro, constató la presencia de una tripulación de Lan Chile que celebraba una fiesta. El alto oficial ordenó el desalojo inmediato del lugar pero la tripulación de Lan se opuso tenazmente. Hubo peleas y en consecuencia malheridos entre la gente del Comodoro. Los hombres de la línea aérea fueron sacados por la policía esposados y caminaron a pie hasta la cárcel debiendo atravesar la ciudad. Fue muy humillante pues iban tirados por caballos y el diario local publicó la foto”,
Pero quiso el destino que fuesen los mismos tripulantes Lan los que debían de llevar de regreso a la capital a los uniformados. De manera que el Comodoro y su gente debió embarcarse en el avión y la convivencia a bordo fue bastante dura”.
El 3 de abril de 1961 cuando cayó el DC-3 que transportaba a parte del equipo de fútbol del Green Cross, Jorge Verdugo fue designado para efectuar vuelo de rastro hasta Punta Arenas para ubicar el aparato presuntamente siniestrado, pero el avión cayo en Linares.
Cuenta Verdugo: “Marcelo Cisternas comandante de esa nave que rastreó, tuvo triste fin puesto que fallece volando un avión comercial pequeño desde Punta Arenas a Santiago. La nave se extravió y se supone que se hizo pedazos en los glaciares de Aysén”
En el gobierno de Jorge Alessandri la Camara de Diputados decide invitar a algunos de sus miembros a la inauguración de una moderna planta de esquila en una estancia de Tierra del Fuego, al sur de Cerro Sombrero. Hubo asado al palo en el lugar y luego una velada romántica en Punta Arenas donde varios integrantes pincharon de lo lindo.
El Vicepresidente de Lan de entonces, Mauricio Yánquez voló a Punta Arenas y en el aeropuerto de El Tepual en Puerto Montt, le sirvieron al almuerzo el trago típico: el Ginger Ale Lan, que contenía vino blanco. Como esta prohibido que los pilotos y la tripulación ingieran alcohol, lo disimulaban metiendo el trago en una botella de la gaseosa. “Bueno su Ginger ale”, comentó Yánquez antes de aterrizar en Chabunco dejando en claro que no le pasaron gato por liebre.
CUNDO DAP IBA A LAS FALKLAND
Carlos Yáñez apodado el “digamos digamos” pues con dos tragos repetía esa muletilla, conoció en los vuelos regionales a Punta Arenas, en Cerro Sombrero, a Patricia Leiva con quien se casó
Willy Duarte, quien se hizo popular como el hombre del tiempo mas adelante en el canal de la Universidad Católica era instructor de vuelo y volaba frecuentemente a esta ciudad.
En 1968 comienza a operar un DC-6 del empresario hilandero Cesar Sumar cuando inicia sus actividades con la Lanera Austral. Verdugo aprovecha los vuelos para involucrarse en el negocio de las centollas que vendían al restaurante Mervilles en el Parque Cousiño de la capital, que se hizo célebre por este crustáceo.
El profe Verdugo fallece el 10 de octubre de 1986 pero su hijo y su nieto, siguieron surcando los aires de Chile.
Diez años más tarde, en 1995 Oscar Bonilla le informa a Verdugo hijo, haber terminado el proyecto de expansión de DAP. El primer Boeing 727 llega en diciembre de 1995 para hacer vuelo a Falkland Hasta ese entonces la línea de Andres Pivcevic operaba solo aviones chicos. El primer vuelo fue a Ushuaia y luego a Santiago.
Cuenta el piloto: “El 2 de marzo de 1996 se inaugura la ruta a las Falkland donde soplaba un viento mas fuerte que el magallánico cuenta el piloto: “Los argentinos no estaban contentos con esta ruta al extremo que la posición Río Gallegos fue normalmente recepcionada por el control aéreo de Comodoro Rivadavia, pero cuando intentamos informar a los argentinos la posición limite de comunicación con los ingleses ni obtuvimos respuesta.
Mount Pleasent era el aeropuerto de Falkland, con tres pistas de aterrizaje en diferentes direcciones. En la pista siempre vi un Lockheed L-1011 para abastecer a la isla desde Londres. Cristian Velasco, locutor del popular programa “La hora del taco” fue invitado. Al descender de la nave tomó fotos y los militares ingleses indignados por captar imágenes del aeropuerto le quitaron la cámara, revelaron sus rollos y tuve que intervenir para evitar su encarcelamiento”.
El viento cruzado hacía estolearse a las turbinas; esto significa que al ingresar el viento con violencia a la turbina, le quita potencia y pone en peligro la estabilidad de la nave”.
Cuando llegó el segundo avión, Oscar Bonilla hijo del general que muere en un accidente a bordo de un helicóptero, renuncia a DAP y la empresa decide suspender sus operaciones de los 727 y continúa con helicópteros y aviones pequeños. Reconoce Verdugo que cancelaron las indemnizaciones correspondientes y uno de los aparatos que se había quedado en Chile lo volaron a Santa Cruz, Bolivia.
Para Adquirir el libro, escribir a cocoverdugo@hotmail.com
Valor del ejemplar puesto en Punta Arenas $ 10..500
AL MARGEN DEL LIBRO
En su vida por LAN, el autor omite el intento de secuestro del Caravelle que dejo mal herida a Scarlett Burgos y uno de los activistas muertos (Lenin Vásquez); que cuando cae el Boeing 727 en Colina con Andres Zaldívar a bordo y más encima en el cockpit, el 29 de abril de1969, los pasajeros una vez celebrada la supervivencia, reclamaron airados por el equipaje. Verdugo sí cuenta que Záldivar alegó por sus calcetines.
Y en cuanto a la Zulianita, que sí alude, el LAN que cayó cerca de Eseiza en 1978, hay que agregar al libro que el 707 comprado en base a chanchullos (como se estila en estos negocios de la compra y venta de aviones para los gobiernos y Lan era estatal, las comisiones son millonarias) a la Cathay Airways, todo el mundo sabia que era un avión panero, inseguro, que las tripulaciones aparte de apodarlo Zulianita le decían “La gallina echá”, porque se quedaba pegado en cualquier escala y por este motivo el personal llevaba ropa de recambio en caso de una emergencia.
El avión venía marcado y el negocio de la venta además de ilícito era criminal puesto que se arriesgaba la vida de los pasajeros, cosa que se evitó por milagro.
Todo esto lo relato en base a informaciones recibidas por ex ejecutivos y la tripulación con la que guardaba gran amistad por cuanto arrendé aviones Lan a Harold Beckett y otros gerentes para Sopesur.
Era, es y será una irresponsabilidad de los pilotos aceptar poner en el cielo una nave como esta, y así fue como Federico Wunch que cayó con el Boeing en un bosque cerca de Eseiza en Buenos Aires al no responder los comandos al nose up, o sea retomar altura por la tormenta en curso. Una pana eléctrica desconectó el instrumental y el avión siguió su descenso cayendo sobre árboles que amortiguaron el golpe. Otra vez Lan invicto como en el 69, sin víctimas fatales. La gallina Zulianita solo llevaba unos pocos meses de servicio y a Wunch lo perseguí durante meses para que me diera una explicación.
Por Andre Jouffé Louis