En esta breve poesía establece un paralelo entre
un jilguero enjaulado, que canta a pesar de carecer
de libertad, y un poeta preso, que también canta,
a despecho de sus cadenas.

¡Oh cuánto es la tuya parecida
Esta mi triste vida!
Tú preso estás; yo preso;
Tú cantas; y yo canto,
Tú simple, yo sin seso,
Yo en eterna quietud y tu travieso.
Música das a quién tu vuelo enfrena,
Música doy aunque a compás del llanto,
A quien me tiene en áspera cadena.
En lo que es diferente
Nuestro estado presente
Es en que tú jilguero,
Vives cantando, y yo cantando muero.
JUAN BAUTISTA GUARINI Poeta italiano (1537- 1612)

El Fortín del Estrecho