Con el inicio de un nuevo período escolar y el regreso de los estudiantes a sus respectivos colegios y liceos, las colaciones saludables cobran gran importancia para prevenir enfermedades crónicas no transmisibles como por ejemplo obesidad, hipertensión y diabetes en los niños y jóvenes de nuestra región.
Consuelo Uribe, nutricionista, Clínica Magallanes del sistema privado de salud de Punta Arenas hace un llamado a los padres y apoderados a prestar atención en las colaciones que los escolares consumen durante los recreos. “los niños necesitan consumir cuatro comidas al día: desayuno, almuerzo, once y cena, con horarios establecidos y no pasar más de cuatro horas sin comer, por ello se debe consumir una colación a media mañana para evitar un lapso mayor de tiempo entre cada comida para mantener niveles de glucosa adecuados en la sangre”.
De acuerdo a la estadística nutricional del Ministerio de Salud del año 2010, en Magallanes los niños menores de 6 años presentan un 12,9% de obesidad y un 24,8% de sobrepeso. Para los escolares de primer año básico, la prevalencia de sobrepeso es de un 21,6%, cifra que aumenta a 23% en cuarto año básico. Por otra parte, la prevalencia de obesidad en primer año básico es un 27,5%, cifra que aumenta levemente a un 27,8% en cuarto año básico, razón por la cual la calidad de alimentación en los primeros años de vida de nuestros niños es sumamente relevante para evitar futuras complicaciones en su salud.
Una colación saludable contiene alimentos bajos en grasas, en azúcares y en sal, por lo tanto, alimentos como las papas fritas, dulces, chocolates, galletas y bebidas no forman parte de este grupo. Las colaciones saludables son ricas en minerales, vitaminas, fibras y antioxidantes, por ejemplo: frutos secos (nueces, almendras, maní) y frutas deshidratadas (pasas, higos y duraznos deshidratados).
Otros alimentos saludables que pueden utilizar los papás para hacer las colaciones de sus hijos son los lácteos descremados o semidescremados, frutas frescas, jugos naturales sin azúcar, barras de cereal, cereales sin azúcar, e ingerir bastante agua.
“Es importante saber que las colaciones no reemplazan las comidas y que debiera consumirse una sola colación durante la mañana, es decir en un sólo recreo, con el objetivo de mantener los niveles de azúcar y evitar la fatiga”, advierte la profesional. “En el caso de los menores de 3 a 4 años, las colaciones no deberían superar las 100 calorías, para los escolares se recomienda una colación de 150 calorías y para los adolescentes una colación que contenga alrededor de 200 calorías”.
Por último, hay que recordar que para mejorar la calidad de las colaciones, es crucial trabajar en conjunto con los establecimientos y los padres, e implementar  programas educativos de alimentación y nutrición con el objetivo de mejorar la calidad de la alimentación que recibe el escolar tanto en el hogar como en el establecimiento educacional.

Claudia Espinoza U., Periodista

El Fortín del Estrecho